«Robar a los ricos para dárselo a los pobres». Este era el lema del legendario personaje de Robin Hood. Un héroe medieval que vivía en el Bosque de Sherwood, cerca de Nottingham, Inglaterra y que cogía ilegalmente los bienes de la nobleza de entonces para repartirlo entre el pueblo.
Corey Donaldson, un australiano de 39 años, ha resucitado la historia de este hombre de cuento para ayudar a las personas que han perdido sus hogares a causa de los desalmados desahucios, como le ocurrió a él hace apenas un año.
Según cuenta este estadounidense «se me ocurrió la idea de que ya que los bancos han sido rescatados, y el pueblo no tenía nada, iba a confiscar el dinero del banco de EE.UU. en Jackson, Wyoming, y a redistribuirlo entre los pobres y personas sin hogar en Estados Unidos».
Y eso es lo que hizo con un meditado plan. En vísperas del día de año nuevo, entró en el Banco y pidió 1,3 millones de dólares en efectivo, en el caso de que no lo consiguiera, haría explotar cuatro artefactos que había enterrado bajo la nieve.
Donaldson huyó con una bolsa con 90.000 euros, casi todo el efectivo que había en la sucursal, para ser detenido horas más tardes gracias a las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del banco.
Corey se está representando a sí mismo en el juicio que todavía sigue abierto aunque declara sentirse «asustado como un niño pequeño». Los jueces han afirmado que este moderno Robin Hood no puede justificar el robo ante el jurado aunque sus intenciones fueran buenas. De momento la policía ha conseguido recuperar más de 14.000 euros.
