Vivir cerca de un parque representa unos beneficios en salud de hasta £300 por persona al año
Quienes visitan Londres por primera vez a menudo se sorprenden gratamente de la cantidad de parques, lagos y espacios naturales que ofrece. Los que viven en la ciudad, pronto descubren que las zonas verdes, ríos, lagos y animales en su estado natural se extienden mucho más allá de los límites de la capital, por todo el país y vecinos colindantes. Todo este espacio del que disfrutamos pero en el que a menudo no pensamos representa «miles de millones» para la economía del Reino Unido y la salud de sus ciudadanos, según el reciente estudio Evaluación Nacional de Ecosistemas del Reino Unido (UK NEA).
Comisionado por diferentes organizaciones gubernamentales y del medio ambiente, el informe ha puesto por primera vez números y letras a los beneficios que la naturaleza representa para la economía y sociedad británica. Así, la influencia de pantanos interiores en la calidad del agua supone hasta 1,5 miles de millones de libras al año; vivir cerca de un río, costa o pantano, alrededor de 1,3 miles de millones de libras anuales; y los beneficios para la salud de vivir con vistas a un gran espacio verde, hasta 300 libras por persona al año.
Cambio de enfoque
A la hora de pensar en nuestros ecosistemas, la tendencia de los gobiernos, organismos reguladores y productores ha sido la de concentrarse en el valor de mercado de recursos que se pueden comprar y vender, como cultivos, pescado o madera. Esta mentalidad, explica el estudio, ha llevado a la sobreexplotación de tierras y espacios con el objetivo de multiplicar la producción de ciertos productos, lo que ha supuesto a su vez una mayor contaminación y el deterioro de algunos ecosistemas.
Bob Watson, científico de Defra y miembro de la presidencia del UK NEA, remarcó la «urgente necesidad» de administrar mejor nuestros ecosistemas y los recursos naturales de que nos proveen. «Hasta ahora no ha habido una forma clara de evaluar el gran espectro de beneficios que nos ofrecen más allá de lo que podemos comprar y vender», explicó. Pero el «innovador» estudio no sólo ha medido dichos valores, sino que muestra cómo se verán afectados en el futuro «si no tomamos las medidas adecuadas ahora mismo».
Esta visión fue compartida por la ministra de Medio Ambiente británico, Caroline Spelman, quien destacó que además de comida, agua y aire limpio, la naturaleza también nos provee «de otros beneficios culturales y para nuestra salud que normalmente no apreciamos porque los recibimos de manera gratuita». Por ello, resaltó también la importancia de este estudio que «ayudará a las autoridades a entender mejor el valor real de la naturaleza y a mantener dichos beneficios».
El calentamiento global y otros peligros
Además de un enfoque «erróneo» del valor de compra-venta de la naturaleza, el continuo crecimiento de la población y el cambio climático se suman a las amenazas de nuestros ecosistemas, señala el informe.
Si hace unos Vivir cerca de un parque representa unos beneficios en salud de hasta £300 por persona al año días el Banco Mundial anunciaba en Barcelona que el calentamiento global se extiende más allá de los dos grados centígrados pactados por la comunidad internacional, el UK NEA muestra datos específicos de los efectos negativos del cambio climático en los últimos años. El declive entre un 50 y 60% de las poblaciones de trucha y salmón ha sido directamente relacionado con un aumento de entre 1,5 y 3% en las temperaturas de los ríos desde 1980, muestra el informe, que también señala cómo el cambio en las temporadas de florecimiento y producción de árboles frutales así como en las rutas de ciertos pájaros migratorios e insectos, podrían tener repercusiones irreversibles en el conjunto del ecosistema.
Andrew Steer, responsable del Banco Mundial para el cambio climático, remarcaba en la Carbon Expo celebrada hace unos días en Barcelona que el protocolo de Kioto está fallando. Por primera vez desde su creación en 2005, la compraventa de emisiones de dióxido de carbono que articula el protocolo ha bajado, un dato que refleja que las empresas y países «siguen contaminando» al margen de los parámetros establecidos «y sin pagar por ello». «Este es el camino para que el incremento de temperatura se dispare a unos tres o cuatro grados», aseguró Steer.
Esfuerzo común
Un 20% de los servicios medioambientales de los que dependemos han mejorado en los últimos años. Sin embargo, «un 30% […] se están degradando», explicó el profesor Watson en una entrevista a la BBC. «Los humanos confiamos en la manera en que dichos servicios controlan nuestro clima (contaminación, calidad del agua, polinización), y nos estamos encontrando con que muchos de estos servicios regulados están decayendo».
El UK NEA muestra que «necesitamos un enfoque más integrado» en el desarrollo de los ecosistemas, anunció Watson, «incluyendo al gobierno, el sector privado, grupos de voluntariado y el público en general, trabajando juntos para proteger los servicios que la naturaleza nos ofrece».