Caminando entre la estación de Euston y la British Library, por la Euston Road, uno pasa por delante del nuevo edificio del sindicato Unison. Entrando y tomando por la izquierda se llega a unas salas donde se ha preservado parte de lo que anteriormente era un hospital reservado para mujeres, y donde ejercían únicamente médicos mujeres. Aquel hospital llevaba el nombre de su fundadora, Elizabeth Garrett Anderson, la cual era la primera mujer médico en Inglaterra.
Nacida en 1836 y criada en el seno de una familia bastante próspera y que apoyó sus ambiciones, en 1859 Elizabeth Garrett conoció a la doctora Elizabeth Blackwell, quien en 1849 había llegado a ser la primera mujer médico en los Estados Unidos. Elizabeth Garrett decidió entonces luchar también contra todas las barreras para hacerse médico.
Hoy en Inglaterra es posible que haya más mujeres médicos que hombres. Es difícil imaginar las mentalidades de hace 150 años, cuando se consideraba «indelicado» que una mujer ejerciese la medicina. Por eso, fue solo después de una lucha difícil y rechazos constantes por parte del establishment médico, que Elizabeth, a la vez que realizaba las duras faenas de una enfermera, estudió medicina con el boticario del Middlesex Hospital de Londres, y anatomía y fisiología con profesores particulares. Poco a poco se le iba permitiendo asistir a intervenciones quirúrgicas, presenciar disecciones de cadáveres y frecuentar clases y conferencias. Aun así, al protestar los estudiantes varones contra su presencia, se le obligó a abandonar el Middlesex. No obstante, en 1862, la Sociedad de Boticarios la admitió como estudiante hasta que en 1865, habiendo aprobado todos los exámenes, obtuvo la licencia de aquella Sociedad, lo que le permitió ejercer la medicina.
Sin embargo, ningún hospital la quería emplear como médico, por lo cual en 1865 abrió su propia clínica en Londres, en el número 20 de la Upper Berkeley Street, marcado hoy por una placa conmemorativa, y luego, apoyada por su marido James Anderson, uno de los directores de la línea de transatlánticos Peninsula y Orient, inauguró un dispensario para mujeres pobres en el 69 de la vecina Seymour Place, muy cerca de donde la Edgware Road desemboca hoy en Marble Arch.
Al descubrir que en Francia podría estudiar la carrera de medicina, aprendió francés y se tituló de doctora en medicina en París en 1870, algo antes de que, en 1882, la catalana Dolors Aleu i Riera obtuviese semejante título en Madrid. La doctora Garrett Anderson vuelve a Londres, empezando a practicar intervenciones quirúrgicas en la capital inglesa. En 1874, empieza a enseñar en la London School of Medicine for Women. La existencia de una escuela y luego de un hospital especial para mujeres médicos subraya hasta qué punto se consideraba indelicado el que una mujer tratase a personas del sexo contrario. Elizabeth Garrett, sin embargo, no era agresiva. Incluso abandonaría el movimiento sufragista de principios del siglo XX porque no estaba de acuerdo con la táctica de la violencia empleada por algunas participantes.
El dispensario de la doctora Garrett Anderson se convirtió en el New Hospital, especializado en enfermedades ginecológicas e infantiles, al cual acudían mujeres de todo Londres. A la vez, la doctora Garrett y su hermana menor, Millicent, más tarde la feminista célebre Millicent Fawcett, las directoras de colegios modernos para muchachas Dorothea Beale y Frances Buss, y Anne Clough, rectora de la Newnham College para alumnas de la Universidad de Cambridge, establecieron la Kensington Society para discutir la cuestión de cómo las mujeres podrían abrirse camino en carreras donde, si no estaban vedadas para ellas, se encontraban con barreras difíciles de superar.
En 1890, el New Hospital se mudó al edificio ubicado en la Euston Road, que llegaría a ser el célebre hospital de Elizabeth Garrett Anderson, cuyos restos se pueden visitar hoy en día. Empleando técnicas multimedia, la galería Elizabeth Garrett Anderson sitúa la historia de aquella primera mujer médico titulada en Inglaterra en el contexto de la historia social en los siglos XIX y XX, permitiendo al visitante conocer la vida de otras mujeres que siguieron a Elizabeth en la carrera de medicina y en otros campos de la vida, antes prohibidas para ellas.
Michael Alpert.
Profesor Emérito de Historia de España en la Universidad de Westminster.