La mujer presenta alrededor de un 200% más de probabilidad de desarrollar un trastorno de ansiedad que el hombre.Un estudio realizado por la compañía Nielsen, dedicada a la investigación e información de mercados en el mundo, tras hacer un seguimiento a 6.500 mujeres de 21 países entre febrero y abril de este año, concluyó que el 66% de las mujeres españolas reconocían sentirse estresadas.
El estrés, según explica Antonio Cano Vindel, presidente de SEAS (Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés) es un proceso natural de adaptación del individuo a su medio, en el que la persona responde a las exigencias de la situación activándose, usando el 100% de sus capacidades con el fin de atender dichas demandas.
«Este proceso de activación cesa si se alcanza el objetivo, volviendo a la ‘normalidad’, es decir, al estado de reposo. Posteriormente, necesitamos descansar, dormir, para recuperar los recursos consumidos», explica Cano Vindel. «El estrés es un proceso normal y bastante cotidiano pero cuando se mantiene la presión durante demasiado tiempo las personas empiezan a tener una sensación de malestar psicológico y tensión muscular», añade el presidente de SEAS.
¿Por qué tiene la mujer más tendencia al estrés?
Dos son las hipótesis barajadas por expertos sobre las causas del alto nivel de estrés en la mujer. Por un lado los problemas de conciliación de la vida familiar y laboral, pero también existe una tendencia o predisposición biológica. «A favor de la primera hipótesis encontramos algunos datos en la Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo del año 2009, donde se puede observar que el 36,6% de los varones dedican más de dos horas en un día laborable a las tareas domésticas, frente al 75,3% de las mujeres. A favor de la segunda hipótesis, encontramos datos de la epidemiología de los trastornos de ansiedad, que indican que la mujer presenta alrededor de un 200% más de probabilidad de desarrollar un trastorno de ansiedad que el hombre en cualquier país del mundo y en todas las edades», explica Cano Vindel.
Ser nerviosa, obsesiva, perfeccionista, rígida a la hora de aprobar la calidad de las tareas domésticas realizadas por otra mujer, tener dificultades para aceptar que otra mujer (por ejemplo una suegra) organice las tareas domésticas o el cuidado de los niños así como tener síndrome premenstrual, son actitudes que parecen favorecer la aparición de ansiedad. «Si a esto se suman los problemas de conciliación de la vida laboral y familiar, que tienen una corta historia en nuestra sociedad y todavía no están bien distribuidos por sexo, se entenderá mejor por qué la mujer tiene más trastornos de ansiedad», concluye el presidente de SEAS.
¿Cómo combatirlo?
Es necesario promover cambios en la organización y aprender a delegar. «Por ejemplo contratar ayuda para las tareas domésticas, aunque no encuentre a la persona perfecta que haga las tareas exactamente como ella quiere», sugiere Cano Vindel. Mori Ponsowy, escritora y cofundadora de la revista literaria Lamujerdemivida, que coordinó las voces de 18 mujeres para el libro No somos perfectas, opina que parte del problema es la necesidad de ser «supermujeres» que poseen numerosas mujeres que persiguen el éxito profesional y aún albergan el deseo de ser madres sacrificadas. «Creo que tenemos que aprender que no somos perfectas ni superpoderosas. También me parece muy importante aprender a pedir ayuda, y a dejarnos ayudar», detalla.
También son muchos los mecanismos que podemos adquirir para manejar mejor el estrés. «Habilidades para relajarse, organizarse mejor, pedir ayuda, interpretar las demandas del ambiente de una manera menos exigente, reconocer las emociones y los cambios hormonales así como saber manejarlos mejor. La adquisición de estas habilidades lleva unos meses pero le serán muy útiles para que no sigan desarrollando ataques de pánico, agorafobia o incluso, a la larga, un estado de ánimo deprimido», finaliza Antonio Cano.