Se llama Saroo Brierley y tenía cinco años cuando, tras coger un tren erróneo, se perdió y no fue capaz de volver a su casa. Con 30 años, este joven de origen indio ha logrado reencontrarse con su familia biológica, que le habían dado por muerto.
Brierley se encontraba dormido con su hermano en un ferrocarril que creía que les llevaría a casa cuando, al despertarse diez horas más tarde, se encontró en un lugar completamente desconocido para él.
Tras separarse de su hermano, que falleció al cabo de un tiempo, Brierley pasó un mes deambulando sin rumbo fijo hasta que fue detenido y declarado «niño perdido». Al poco, una familia australiana lo adoptó y se lo llevó con ellos a Tasmania.
Durante diez años, el joven se pasaba horas en internet, en Google Earth, intentando vislumbrar su pueblo entre las imágenes. Finalmente, encontró la estación de tren donde se perdió y logró contactar, a través de Facebook, con un grupo de gente procedente de su ciudad natal.
Finalmente viajó a su lugar de origen y pudo abrazar a su madre biológica, quien le dijo que un adivino le había dicho que algún día se volverían a encontrar.