Según un nuevo estudio de la Universidad de Cambridge, se han detectado altos niveles de partículas de hierro potencialmente tóxicas en el aire del metro de Londres. Se trata de unas partículas lo suficientemente pequeñas como para penetrar en el torrente sanguíneo humano.
Aunque se llevan a cabo controles de contaminación en todas las redes de transporte público, el minúsculo tamaño de estas partículas de hierro las había hecho indetectables para los sistemas tradicionales. Ahora, los científicos de la Universidad de Cambridge han conseguido detectarlas gracias al uso de tecnología de detección magnética con la que analizaron muestras de aire de los vehículos, andenes y vagones de varias líneas de metro.
El resultado reveló altas concentraciones de una forma de óxido de hierro potencialmente tóxica para la salud. Hassan Sheikh, autor del artículo que muestra los resultados del estudio, ha afirmado: «La abundancia de estas partículas tan finas fue sorprendente».
¿Cómo se forman las partículas de hierro en el metro de Londres?
Las partículas de hierro se originan cuando las ruedas de los trenes crean fricción con los frenos y los raíles. Sus efectos sobre la salud no han sido analizados aún, pero según otros estudios podrían estar relacionadas con enfermedades pulmonares y cardiacas o daños cerebrales. Esto se debe a que el tamaño de las nanopartículas posibilita su entrada de los pulmones al torrente sanguíneo.
Ante este problema, Transport for London (TfL) deberá tomar medidas para reducir el polvo de hierro. Una de las soluciones sería lavar las vías y las paredes de los túneles para ayudar así a disminuir estas partículas. Otras podrían ser el empleo de nuevos y costosos equipos que incluyesen filtros magnéticos en los sistemas de ventilación o incluso la colocación de pantallas entre andenes y trenes. Por el momento TfL ha declarado que seguirán revisando el estudio con el fin de comprenderlo y de averiguar cómo reducir aún más los niveles de partículas de hierro en el metro de Londres.