Leonor Watling (Madrid, 1975) lleva veinte años enamorando al público -sobre todo al masculino- debido a su enorme talento interpretativo y a una patente belleza física que la han convertido en uno de los símbolos sexuales de España. La serie Raquel busca su sitio (2000) y los films Son de mar (2001) o Hable con ella (2002) fueron los vehículos para que su estrella brillara definitivamente. Hace poco más de una década comenzó su etapa con el grupo musical Marlango, un regalo más para todos sus admiradores y para los nuevos seguidores que se fue ganando gracias a un magnético estilo vocal.
Amor en su punto (The Food Guide of Love, 2013) es tu película más reciente, la cual hemos podido ver en el London Spanish Film Festival. Los directores, Dominic Harari y Teresa Pelegri, ya escribieron el guión de Inconscientes en 2004, donde tú también actúas…
Así es, y me enviaron el guión de Amor en su punto en cuanto lo terminaron. Tuve la suerte de estar en el proyecto desde el principio. El punto de partida para Dominic y Teresa fue una cita de Bernard Shaw: “no hay amor más sincero que el amor a la comida”. Crearon la historia a partir de ahí, una comedia romántica donde la comida funciona como metáfora.
A tu personaje no le gusta cocinar. Tengo entendido que a ti sí.
Bueno, tampoco es que sea una experta. Hay un problemilla, y es que solo sé cocinar platos ingleses, que es lo que aprendí de mi madre. Vamos, que no me pidan hacer una paella porque no me saldrá bien.
La película habla de comida, pero también de las relaciones en pareja, de las oportunidades perdidas, del destino y de encuentros fortuitos. ¿Crees en las casualidades o todo ocurre por algo?
Todo ocurre para aprender, y la vida no es lineal, sino un círculo que te hace vivir lo mismo una y otra vez pero en épocas diferentes. En general, las películas románticas suelen centrarse en un margen temporal concreto. O sea, el chico o la chica encuentran a su persona ideal cuando tienen entre veinte y treinta años y ahí se acaba la historia. Me encanta Amor en su punto porque los personajes envejecen, pasa el tiempo y les ocurren mogollón de cosas. Aprenden, maduran y reviven el pasado pero de una forma distinta.
¿Cómo es lo de trabajar con dos directores al mismo tiempo?
No es la primera vez que trabajo con dos directores. Por mi experiencia, se dividen entre la parte técnica y actoral. También ocurre que aunque después del “dirigido por” haya solo un nombre, suele haber una mano derecha del realizador principal; no solo el ayudante de dirección, sino también el encargado de la fotografía. Con respecto a Dominic y Teresa, parece que tienen el mismo disco duro. Es una compenetración increíble y se llevan muy bien.
La comedia y el drama están muy presentes en toda tu filmografía ¿Con cual te quedas de los dos?
¡Pues en esta etapa de mi vida lo que quiero es reír! Ummm…también quiero thrillers y películas de misterio.
¿Qué proyectos inminentes tienes? Últimamente no te vemos mucho en el cine, por cierto.
La verdad es que mi familia y Marlango ocupan mucho de mi tiempo. Ahora tengo la enorme suerte de elegir mis papeles en el cine. A no ser que un guión me guste una barbaridad, no me meto en ese trabajo. He hecho un papelito en la película Clavius, que la dirige Kevin Reynolds y aún está pendiente de estreno. Con el grupo sacamos disco dentro de dos semanas. Se llama El porvenir; saldrá primero en España y después en México, Colombia y Argentina.
Marlango estuvo en Londres en 2009. Es hora de venir otra vez ¿no?
Sí sí, pero vamos a donde nos inviten. Nos encantaría volver a Inglaterra para cantar, pero para eso necesitamos a unos promotores que nos lleven de la mano.
Acabamos ya, no sin que me digas antes cuáles son tus platos favoritos. Tres, please.
Pues…chuletón de buey, ensalada con mozzarella y tomate y…un buen plato de pasta!