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España, destino estrella de los estudiantes Erasmus

Cada curso más de 27.000 universitarios europeos escogen estudiar su beca en alguna de las universidades españolas. El clima, el estilo de vida y lo acogedor de la gente son las principales razones.

El programa Erasmus cumple 25 años y se ha convertido en una de las becas más solicitadas por estudiantes universitarios de toda Europa para pasar una temporada estudiando en universidades de otro país. España es el país preferido como destino por el resto de universitarios europeos. Las universidades españolas acogen cada curso a más de 27.000 estudiantes y exportan más de 22.000 españoles a los diferentes países de la Unión Europea.

La mayor parte de los estudiantes que escogen España para completar su formación se decanta por la Universidad de Granada, seguida de la Universidad de Valencia y de la Complutense de Madrid. Pero como no todo es estudiar, la mayoría de los que escogen las universidades españolas lo hacen por el estilo de vida, la comida, la fiesta, el clima y el carácter acogedor de la gente. Otro de los destinos favoritos por esas razones es la Universidad de Málaga, que el curso pasado (2011-2012) recibió un total de 717 estudiantes de otras universidades de Europa. «Las carreras más demandadas son Traducción, Filología, Económicas, Ciencias de la Comunicación y Turismo», como confirma Ricardo del Milagro, jefe de sección del servicio de Relaciones Internacionales y Cooperación de la Universidad de Málaga, quien asegura que, sobre todo, acogen a estudiantes alemanes, polacos, franceses, italianos e ingleses.

La mayoría de los estudiantes que realizaron una beca Erasmus durante sus años de estudiantes la califican como una experiencia única y que marca para toda la vida, una experiencia en la que al reto de estudiar en otro idioma se le añaden el desafío de vivir por primera vez en un país extranjero y viajar por el mismo. «La experiencia Erasmus en sí es una experiencia impagable, además de lo que hayan aprendido con respecto a idioma, convivencia con otra idiosincrasia, y, por supuesto, las clases recibidas en la universidad», asegura Ricardo del Milagro.

Los estudiantes Erasmus señalan que lo mejor de esta aventura es la experiencia personal que se llevan. «Lo mejor fue la extraordinaria experiencia de vivir durante seis meses en un país diferente, donde hay que practicar una lengua diferente. Me permitió encontrarme con personas que nunca hubiera conocido si me hubiera quedado en Francia», asegura Audrey Forget, que realizó su beca Erasmus en la Universidad de Málaga durante el segundo semestre de 2009.

Pero Erasmus engloba mucho más que diversión y estudio. Para estudiantes de apenas 20 años, el marcharse a un país extranjero con diferente cultura e idioma supone un gran reto y todo un gran paso en el terreno personal, ya que para muchos se trata de la primera experiencia fuera de casa e incluso de su país de origen. «Al venir a España decidí que quería relacionarme con españoles porque había venido para aprenderlo todo del país. La verdad es que conocí a gente genial que me enseñó España y aprendí muchísimo de ellos, ahora los echo mucho de menos. Fue la mejor experiencia de mi vida, sin duda», señala Magdalena Staniszewska, estudiante polaca de Arquitectura, que realizó su intercambio en la Universidad de Málaga durante el curso 2010-2011.

«Adaptarme no fue muy difícil, por la gente. Los profesores me ayudaron, aunque al principio, cuando sabía el idioma, ya que hablaba un nivel básico de español, fue un poco complicado entender algunos que hablaban ‘andaluz'», amplia Marta Chudalla, estudiante de Arquitectura en Málaga durante el año 2010.

Pero como toda experiencia, no siempre es fácil, y hay días malos y dificultades que los estudiantes aprenden a superar. «Para mí fue muy difícil aprobar los primeros exámenes en español y algunos profesores no les importaba que fuéramos extranjeros. No entendían que era muy difícil para nosotros que aprendiéramos mil páginas en español para un examen», señala Magdalena.

En lo que coinciden todos los estudiantes que han experimentado todo lo que engloba una beca Erasmus es que es una experiencia inolvidable, que enseña mucho a aquel que la realiza y que repetirían sin dudarlo un instante. «Aprendí que a veces es importante relajarse un poco y dejar que las cosas se resuelvan con el tiempo. También vi que los españoles tienen mucha pasión haciendo las cosas que les gustan y eso me impresionó mucho. En Polonia la gente es más cerrada», asegura Magdalena.

«Con el buen tiempo y ese clima todo es más agradable. La gente también es más simpática. Siempre hay vida en la calle y la comida me encantó», señala Audrey. Los estudiantes Erasmus vuelven a casa tras su beca habiendo aumentado su currículum al estudiar en una universidad y sumergidos en un idioma extranjero, pero con las maletas llenas de experiencias inolvidables y grandes recuerdos y anécdotas en el terreno personal. «Aún me acuerdo de cuando en vez de pedir un helado de ‘cono’, pedí uno de ‘coño'», recuerda Magdalena.

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