Yerbabuena: “Cualquier persona que estudia o trabaja fuera de España, es embajador de nuestro país”
La bailaora Eva Yerbabuena presenta esta tarde-noche ¡Ay! en el Sadler’s Wells, en el marco del London Flamenco Festival 2015. La bailaora habla con El Ibérico sobre una pieza única que encierra la esencia pura del flamenco, al tiempo que muestra su verdadera identidad. Una presentación del alma de la artista convertida en danza; un juego de ritmo, fuerza y luces, que llega al espectador como poesía para los sentidos.
No es la primera vez que participa en este evento que cita cada año a bailaores de la más alta categoría. Como artista, ¿qué sensación le produce ver que cada año alrededor de 20.000 espectadores sigan acudiendo a un espectáculo como este?
Sinceramente, me parece maravilloso pero me gustaría comprobar la autenticidad y creencia en mi trabajo de los londinenses si mis espectáculos estuvieran dentro de la temporada de Sadler’s Wells y no en la temporada de flamenco. Parece ser que para que algo sea milagroso se tiene que considerar imposible. Aun así, tengo que dar las gracias y sentirme muy feliz de seguir participando en el Flamenco Festival no solamente en Londres sino también en EEUU. Me parece que el trabajo de su director es magnífico y a tener en cuenta.
¿Gusta el flamenco en Londres?
Aparentemente sí. Queda claro que el papel se agota en Flamenco Festival. Fuera de este ciclo, me encantaría averiguarlo. Supongo que la muestra de flamenco que se da en el Festival gusta, pero no me atrevo a generalizar porque desconozco si hay otros ciclos u otros circuitos que tengan los mismos éxitos de público. Por experiencia propia, antes de visitar Sadler’s Wells, tuve oportunidad de estar en el Barbican Center y en otros espacios londinenses y pude comprobar que siempre se llenaban. Eso es señal de que el público londinense tiene interés y afición por el flamenco.
El festival cuenta con otros muchos artistas españoles, ¿cómo ve el panorama del flamenco en la actualidad?
Hace cuatro años Paco me regaló un telescopio para que pudiera contemplar las estrellas, algo que me resulta muy alucinante pero muy difícil. Todo lo que pienso cuando las miro es propia imaginación y creencia particular. Igual me pasa cuando miro el flamenco en la actualidad: no me siento capacitada para emitir juicios de valor sobre compañeros. Tan solo me invade una pregunta: ¿cómo se sentirían y qué pensarían los artistas de generaciones anteriores a la nuestra?
Su obra ¡Ay! es la que representará en esta edición del festival. Esta obra la interpretó por primera vez en 2013 en esta misma ciudad, ¿qué recuerdo tiene de aquel momento?
Siendo sincera te diré que me sorprendió muchísimo que gente casi especializada en danza por los años que llevan conociendo este mundo, se emocionaran tanto con este espectáculo. Creo que la emoción es una pócima cada día más valiosa en nuestro arte porque no todos encontramos el método de hacer sentir.
[pullquote]Hace cuatro años mi marido Paco me regaló un telescopio para que pudiera contemplar las estrellas, algo que me resulta muy alucinante pero muy difícil[/pullquote]
Cuando baila fuera de España ¿se siente embajadora de nuestra tierra?
Nunca me lo había planteado, la verdad. No me paro a pensar en ello, me siento muy insignificante, pero, viniendo de un país tan culturalmente rico como el nuestro, no soy capaz de verme de esa manera, sino como una parte minúscula del todo. Cualquier persona que estudia o trabaja en un restaurante por ejemplo, es para mí embajador de nuestro país.
Ha crecido y vivido muchos años en Granada, ¿qué vinculo tiene esta ciudad con el flamenco?
Ni soy ni debo quedarme con una sola ciudad por muy mágica que sea o por muy grandes artistas que haya dado. Debo de tener en cuenta que el flamenco es el vínculo de muchas culturas, muchas costumbres de otras tierras, no sólo Granada, aunque esta sea la más mágica de todas, donde sueñas despierta y vives dormida.
Dejó temporalmente el flamenco para ser madre, ¿es difícil dejar de bailar largos periodos de tiempo?
¿Difícil? A veces creemos que si dejamos de bailar, dejamos de ser y, hoy por hoy, a mis 44 años, mi opinión ha cambiado muchísimo. Quizás soy más cuando no bailo para después seguir siendo, contando y transmitiendo. Uno se tiene que enriquecer de todo lo que ocurra a su alrededor en un espacio lo más amplio posible. Si sólo bailamos, nos limitamos.
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Como madre lo paso muy mal alejándome de mis hijas y acercándome al mundo del flamenco. Es un sentimiento difícil de explicar
[/pullquote]Como madre, ¿disfruta acercando a sus hijas al mundo del flamenco?
Como madre lo paso muy mal alejándome de mis hijas y acercándome al mundo del flamenco. Es un sentimiento difícil de explicar. Nunca se me ocurre decidir por los demás, mucho menos por mis hijas.
La lección que creo que debo enseñarles es que deben de acercarse a lo que ellas realmente les guste o les llame la atención. Si es algo que yo conozco y puedo ayudarles, estaré encantada de cederles la mano y acercarlas. Si es algo que desconozco, disfrutaré al igual que ellas, acercándome y aprendiendo algo nuevo que ellas hayan escogido para poder ser felices.
