Hace unas semanas me topé con un post en Facebook que, tanto a los internautas que lo leyeron como a mí, hizo cuestionar el significado de la palabra éxito. La variedad y cantidad de preguntas que pasaron por mi cabeza para definir tal concepto fue colosal. ¿Es tener un título universitario? ¿Ser reconocido a nivel social? ¿Ser admirado? ¿Es ganar mucho dinero? Pero la respuesta a todas esas dudas se disolvieron inmediatamente con un “¡Por supuesto que no!”cuando empecé a leer las del resto de personas que se atrevieron a comentar y ejemplificar en la red social.
Nadie contestaba lo mismo. De hecho, me obligó a reflexionar sobre el mío.
Me di cuenta de que era un término de lo más subjetivo y que era tan abstracto como trazar una línea en un papel y decir que eso representa la filantropía del ser humano por su propio mundo.
Aunque de eso se trata, de hallar en nuestro mundo aquellas cosas que magnifican nuestra vida y consiguen que nuestro planeta pueda girar a una velocidad tan agradable que nos permita disfrutar del viaje.
Así es. De un mundo diminuto considerarnos seres enormes. Algunos lo hacen viajando. Otros leyendo o ilustrándose. Quizás haya muchos que sea porque tienen el trabajo de su vida. Y otros porque encuentran la vida en sus trabajos. Los padres y las madres porque ven a sus hijos crecer felices. Y un profesor porque sabe que no solo está en una habitación de cuatro paredes para soltar el sermón dominical, sino que con sus clases consigue que los alumnos realmente aprendan de sus conocimientos. Un escritor porque sus libros se lean y se disfruten leyendo. Y un músico porque al tocar un instrumento, consigue que su público se emocione al vivir la magia de las notas musicales. Un estudiante de bachillerato aprobando selectividad. Una pareja casándose. Otros encontrando el amor de sus vidas.
Somos el Mahoma de nuestras montañas, con algunas que vienen a nosotros y otras que nos obligan a ir a ellas. Viajes con caídas leves, desprendimientos de rocas o días que invitan a quedarse quieto y esperar a que se pase el temporal. Pero nunca bajando, siempre ascendiendo, sacando provecho y descubriendo vistas de las que nunca estaríamos dispuestos a renunciar.
Supongo que no todo está en un papel que diga que eres ingeniero, que tienes mucho dinero o que la gente te adore o te reconozca cuando te ve por la calle. Supongo que la forma de triunfar en cada uno es diferente y especial. Supongo que el éxito es como una cumbre que se descubre al avanzar, y no como una cima a la que hay que llegar. Y supongo yo que es así, porque así es como lo veo en cada uno y así es como yo lo siento en mí.