[Este artículo complementa a Farruquito: “Si no sabemos el origen de las cosas cada vez seremos más comunes” (Parte II)]
El pasado 28 de febrero llegó a su fin el Flamenco Festival London 2016. Desde su primera edición en 2003, el Flamenco Festival London es un escaparate internacional del mejor flamenco, como el que ha mostrado Farruquito. “Me arriesgaría a decir que su espectáculo es de las mejores cosas que se ha visto en la década de actuaciones ofrecidas por el Flamenco Festival London en el Sadler´s Wells. Agitación de corazón. Bailar como la vida”, dice Clement Crisp en el Financial Times, refriéndose al espectáculo de Farruquito del pasado 24 de febrero.
Un día después, el 25 de febrero, fue el día que mejor flamenco se ha podido ver en el Flamenco Festival London 2016. El espectáculo “Gala Bienal de Sevilla” desembarcaba con los premios Giraldillos 2014 en el Sadler´s Wells para promocionar la XIX edición de la Bienal de Sevilla. Estuvo presente el baile de Farruquito en la “Gala Bienal de Sevilla” (por ser premio Giraldillo al Baile) y estará presente en el evento flamenco más importante del mundo: La Bienal de Sevilla.
24 de septiembre, el recuerdo a su padre: “Baile Moreno”
“La Bienal de Flamenco de Sevilla me tiene sin dormir. Me despierto de madrugada y me pongo a escribir ideas”, reconoce Farruquito a El Ibérico. En siete meses, el 24 de septiembre, podremos ver a Farruquito con “Baile Moreno” en el Teatro de la Maestranza de Sevilla.
“El espectáculo ‘Baile Moreno’ es un homenaje a mi padre y a mi niño, mi padre era Juan ‘El moreno’ y a mi niño le decimos ‘El moreno’. Quiero reflejar el arte y la persona que va ligado a mi padre. Siempre se ha hablado de mi madre y de mi abuelo Farruco, pero nunca se ha hablado de la parte de mi padre, de mi abuelo y de mi bisabuelo que también era cantaor. A mí el cante, los caballos, el campo… Me gusta por influencia de la familia de mi padre y ahora quiero dejarla reflejada”, nos cuenta Farruquito.
28 de febrero, 15 años sin Juan “El moreno”
A Farruquito le apasiona el cante y escribir sus propias letras. “Me encanta escribir. Empecé a escribir, con doce o trece años, unas letrillas para que mis amigos me las cantaran”, recuerda Farruquito su infancia para centrarse en su héroe: su padre, Juan “El moreno”.
El sólo hecho de pensar en cantar delante de su padre provocaba el sonrojo de Farruquito. “Para que mi padre escuchara mis canciones, las grababa en un ‘minidisc’. Dejaba el ‘minidisc’ en el coche, como si se me hubiera quedado olvidado, para que cuando mi padre cogiera el coche me escuchara cantar. A mí no me decía nada porque sabía que me moría de la vergüenza. Se lo decía a la que hoy es mi mujer y en aquel entonces, mi novia. Le contaba que me había escuchado cantar y le decía: ‘Es que también quiere saber cantar’. Mi padre sabía que yo no cantaba bien, pero después en el escenario cantaba letras mías. Era entonces cuando me daba cuenta que valoraba mis letras”.
Quiso el destino, hace ya quince años, que Juan “El moreno” falleciera (a causa de un infarto cerebral) cuando le cantaba a su hijo la soleá “Sueña con poder volar”, cuya letra había escrito el propio Farruquito. Se fue el gitano que enseñó a Farruquito a amar el cante y a sentir su raza como un orgullo. Nos cuenta Farruquito que en el colegio le decían gitano para ofenderlo. Y al principio le ofendía, tanto que se iba llorando a su casa. Hasta que un día su padre le dijo: “Cuando alguien te diga gitano, tú lo que tienes que hacer es sentirte él más orgulloso del mundo. Eso es un piropo, no es un insulto”.
“Mi sueño es que nuestra forma de bailar perdure”
Farruquito pertenece a una dinastía gitana que se resume en una palabra: flamenco. Un flamenco tallado a golpe de vivencias, donde se encuentran las alegrías más inmensas y las penas más hondas. Un flamenco que se transmite de generación en generación, sin mudar de corazón. Un flamenco que lucha contra el olvido, cultivando la memoria del pueblo que fuimos y somos. “El flamenco habla de familia, no de cosas individuales. Si no sabemos el origen de las cosas cada vez seremos más comunes. La formación del baile flamenco existe, pero no tiene el orden que muchos quieren que tenga. Es una intuición, es una conexión. Yo soy capaz de aprenderme una coreografía, pero entonces no sería yo”, aclara Farruquito.
Farruquito volverá a recordarnos lo que somos con “Baile moreno”. Un recuerdo más necesario que nunca en una sociedad que se informa al instante y se olvida al momento. En “Baile moreno”, Farruquito volverá a fabricar emociones con la materia prima de las experiencias vitales. En “Baile moreno”, el recuerdo de su padre y la esperanza de su hijo se conjugarán en el escenario. De moreno a moreno, el sueño de Farruquito se convierte en verdad.
https://www.youtube.com/watch?v=aDdkhILq3ok