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Fet a mà contagia sus emociones al público londinense

Expresar tanto sin decir una palabra es difícil, casi imposible de creer. Pero eso es justo lo que Marta Torrents y Pau Portabella hacen en Cru, el último espectáculo de la compañía Fet a mà que estuvo en Londres del 20 al 22 de enero en el marco del Festival Internacional de Mimo.

Mientras la Purcell Room del Queen Elizabeth Hall del Southbank Centre se iba llenando de asistentes, incluso antes de empezar la función, los dos actores ya se encontraban en el escenario, una plataforma blanca con tan solo dos sillas y algunos focos de luz. Las miradas intrigantes, desafiantes y sumisas que se iban dando entre ellos dejaban entrever que habría tensión durante la hora escasa que dura la obra.

Empieza la música y también la acción. Locura, adrenalina, humor o ansiedad son solo algunos de los estados del ser humano que Pau y Marta consiguen expresar en Cru. Encuentros y desencuentros, rigidez emocional versus la más flexible versión del alma. Es una gran explosión de sentimientos dónde la pareja pasa de un todo a un nada, tal se funden el uno con el otro como se distancian comportándose como dos seres rígidos con un gran vacío interior. Hacen uso de todas y cada una de las partes de su cuerpo para no perderse detalle y entregarse al máximo a sus pasiones, desinhibidas y espontáneas aunque a la vez atadas o incluso muertas. Así es como es el ser humano y así son muchas de las relaciones personales.

Juegan con la simbología para dar paso al espectador a desarrollar esa imaginación que les permite ver más allá del cuerpo y explorar los rincones más emotivos de la más cruda naturaleza humana. Así mismo, la complicidad entre los actores deja entrever las muchas horas de ensayo y la gran confianza entre ambos, que desembocan en un gran trabajo corporal que deja atónito al espectador. Una complicidad que también se da con los presentes en la sala, ya que consigue sacar de uno mismo la adrenalina, la angustia, el amor y el desamor, que los mismos actores representan encima de la tarima.

Al finalizar, masivos vítores y aplausos de los allí presentes, quienes quedaron expectantes ante semejantes acrobacias y hasta soltaron más de una carcajada con los toques de humor que Cru también ofrece. Queda claro que el circo es más de lo que hasta hora se conoce, ya que Fet a mà trae consigo una versión más humana de este arte y dónde no hay más maquinaria que la que el propio cuerpo les proporciona.

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