El espectáculo del guitarrista Paco Peña, Flamenco Sin Fronteras, transformó el escenario de Sadler´s Wells Theatre en un tablao flamenco de duende gitano y ritmos venezolanos entre los días 29 de junio y 3 de julio. Este cordobés de nacimiento y londinense de adopción que aterrizó en suelo británico en los años 60, ha estudiado sin descanso durante años las conexiones entre la música y la danza flamenca y los bailes, acordes y canciones populares en Sudamérica.
Flamenco Sin Fronteras, es el resultado de la fusión de ese folclore de las ex colonias españolas y ese flamenco andaluz. La sutileza de las manos de Paco Peña a la guitarra abrió el espectáculo y enseguida dio pasó a las otras dos guitarras, al cajón flamenco, y a las palmas y la voz rasgada de Inmaculada Rivero y de José Ángel Carmona. El bailarín, Ramón Martínez, con sus giros y taconeos y a ritmo de soleá, fue el encargado de mostrar al público londinense el aperitivo de lo que estaba a punto de comenzar. No se hicieron esperar los acordes venezolanos de la bandola y el mandolín de la mano de Ricardo Sandoval y la voz caribeña de Carlos Tález.
A la izquierda de las tablas una España de palmas y cante gitano con el negro riguroso de los artistas y el blanco inmaculado de las bailaoras. A la derecha una Venezuela de ritmos caribeños, raíces africanas y calma chicha. Jaleos, tientos, alegrías y bulerías se mimetizaron en el escenario con las gaitas y sirenas venezolanas y los landós peruanos en una perfecta simbiosis donde, llegado a un punto, desaparecían las diferencias entre quién era de acá o de allá en este «reencuentro de andaluces y criollos». Jude Kelly, directora de Flamenco Sin Fronteras y directora artística de Southbank Centre, una de las mayores instituciones culturales británicas, aun recuerda en su diario lo que contestó a Paco Peña cuando el músico cordobés le llamó para comentarle que tenía una pequeña idea: «Me he enterado de que las pequeñas ideas de Paco son en realidad enormes proyectos camuflados en modestos pensamientos».