El documental Flight of Butterflies (El vuelo de las mariposas) llegó a los cines ingleses el jueves pasado bajo el ala de una fastuosa premiere llena de rostros conocidos en el cine IMAX de Waterloo. Dirigido por el británico Mike Slee, la obra contó en su presentación londinense con el apoyo del humorista Bill Bailey, el ex de Queen Brian May, la actriz Jenny Agutter o el actor Alexander Vlahos.
El gobierno mexicano –que coproduce la película junto a Canadá- se encargó de promocionar el país latino en el transcurso de la velada, un acto lógico y loable que encaja con todo el trabajo de publicidad al que se ha comprometido en el último año, sobre gracias a campañas online como visitméxico.com o la llamada Mexico City, Live it to Believe it.
Con un desahogado presupuesto de 3 millones de dólares y una producción desarrollada durante dos años, Flight of the Butterflies narra en 45 minutos el viaje que emprenden millones de mariposas monarcas desde México hasta Canadá y pasando por los Estados Unidos; viaje documental y contemplativo que se va intercalando con una puesta en escena de ficción que cuenta el interés del doctor Fred Urquhart (Gordon Pinset) y su esposa Nora (Patricia Philips) por averiguar el escondite principal de los lepidópteros.
El resultado de tan ambicioso proyecto luce con fuerza y brillantez en pantalla, sin duda. La magnitud del IMAX y la tecnología en tres dimensiones realzan como nunca la labor de las micro-cámaras, las grúas de 70 metros y la alta definición de la imagen slow-motion. Según Slee, solo una escena con una de las mariposas fue creada mediante CGI (fácilmente reconocible), algo sorprendente si tenemos en cuenta la cantidad de llamativas secuencias que hay con estos animales en el documental y que nos hacen preguntarnos cómo demonios se pudieron filmar: impresionante toda la parte final del lugar oculto de las monarcas y el plano de la metamorfosis de una de ellas en uno de los jardines de Toronto.
Flight of the Butterflies es una interesante experiencia cuya corta duración juega a su favor. Da lo que promete, yendo al grano en todo momento y dejando un muy buen sabor de boca. Si queréis disfrutar de este film realizado con amor y paciencia, podéis verlo en el BFI IMAX de Southbank.