De todo aquello que somos, ¿qué es lo que más te gusta de ti mismo? ¿A qué parte de ti no renunciarías? No te hablo de recuerdos de tu vida, sino de tus cualidades, virtudes, aptitudes ante la vida, sentido del humor, capacidades, creencias… ¿Qué es lo mejor que tienes? Qué es lo que más te ayuda, lo que más te aporta y por lo tanto aporta a los demás. Pensar en esto es bueno, reconfortante e interesante. Todo aquello que saquemos de positivo será de gran ayuda a la hora de vivir nuevos momentos de tu vida, de cerrar viejas etapas y estrenar lo nuevo por llegar. Esto es lo que en argot empresarial se llaman fortalezas y debilidades. Pero aunque el mundo de la empresa se haya apropiado de estos términos, no significa que no podamos utilizarlos a nuestra manera. Nosotros, como personas que somos y por más que algún alma interesada trate de robotizarnos, vamos antes que nada. ¿Qué mejor que saber cuales son nuestras aptitudes positivas y no tan positivas, escasas o inexistentes? Es bueno que sepas de ti mismo, y cuanta más información tengas, mejor. Una vez reconocida esta información y analizados tus puntos fuertes y los que no lo son, serás consciente. Ese es el punto de todo esto. Ser consciente de cómo uno es. Si en este proceso te sientes un poco perdido o disperso, busca los servicios de un Coach. No te preocupes es normal. Lamentablemente, a fecha de hoy, nos han enseñado a hacer maravillosas construcciones, pero nadie nos enseñó nunca a construirnos a nosotros mismos.
Me encantaría que no tomaras esto como algo puramente teórico. Creo que todos, incluida yo misma, no dejamos de leer textos, en diferentes formatos, a este respecto. Esto está muy bien, pero desde aquí te animo a la acción. Sin acción, no hay cambio, no hay transformación. Y si buscamos una respuesta a la tan manida pregunta de qué es la vida, la respuesta inmediata es: La vida eres tú. Aunque a menudo hablemos de ella como si estuviera en la acera de enfrente.
Pasamos una gran parte de nuestras vidas recriminándonos esto y aquello. Lo más curioso es que a pesar de lo incómodo de esta situación, parece que lo hubiéramos acomodado a nuestras vidas, incluso lo llegamos a normalizar. Realmente, necesitamos este tipo de pensamientos. ¿Qué nos aportan? La crítica es positiva, siempre y cuando no te mine la moral. Siempre y cuando no boicotee tu autoestima. Todos tenemos debilidades. Es algo innato en el ser humano. Es lo natural. Pero, ¿por qué fijarnos más en esto que en todo lo bueno que somos?
Imagina una casa. Una casa con lo necesario. Una casa que te dieron un día y que tú poco a poco estás colocando a tu gusto. En ese trabajo, encuentras que esa casa tiene también defectos. A pesar de ser estupenda, tiene unos muros quizás más finos de los que te gustaría, o quizás algunas tuberías que no funcionan adecuadamente, o una puerta no lo suficientemente segura…, ¿a caso esa casa ya no es tan bonita? ¿Piensas que con tiempo y alguna pequeña inversión podrías ir puliendo todo aquello que te incomoda y construir un lugar más a tu medida? La respuesta es Sí. Sí, si me fijo en mis fortalezas y en cómo me pueden ayudar.
Cada uno de nosotros somos como una pequeña casa. Y en nuestra mano está diseñarla de acuerdo a nuestro yo, a nuestro ser. Podrá ser una casa, llena de vitalidad, una casa serena, una casa limpia, una casa acogedora, una casa amorosa. Una casa virtual. Unos cimientos, un crecimiento, una estructura básica y por supuesto, cosas o lugares de la misma que no nos agradan tanto. Con el tiempo, con la observación de uno mismo y algo de ayuda, puedes llegar a saber qué es lo que realmente no te sirve, incluso lo que te molesta de ti mismo. Una vez identificado, puedes deshacerte de ello o aceptarlo como algo parte de tuya.
Contacta con:
Sonia Campos Valverde
Life Coaching
scamposvalverde@yahoo.es