El artista mejicano expone en la South London Gallery. Las prácticas artísticas llamadas objetuales han marcado las dos últimas décadas del arte en México. Gabriel Orozco fue el iniciador de esta nueva corriente, denominada como la nueva ola conceptual mejicana y caracterizada por las asociaciones creativas entre los objetos tradicionalmente ignorados y los aspectos de la vida que preocupan al mundo de hoy. El gesto de introducir objetos prefabricados en el ámbito artístico fue iniciado por Marcel Duchamp en los albores del siglo XX. Esta propuesta inusitada, el readymade, acabó con el concepto de arte como una exclusiva expresión de lo bello o lo sublime y pasó a dotarlo de un nuevo lenguaje crítico. Desde el neodadaismo y el arte pop de los sesenta hasta las prácticas postconceptuales de la década de los noventa, las reinterpretaciones del readymade se han sucedido constantemente: el objeto encontrado, el artefacto o el ensamblaje dotan de valor escultórico a los objetos cotidianos, testigos de un proceso creador para expresar la mirada y la posición del artista frente al mundo.
Gabriel Kuri, en su primera exposición individual en una galería publica londinense, presenta una variada de estos objetos cotidianos, encontrados en los escenarios que describe o creados expresamente para su recreación. Aquí, a través de una extensa gama de materiales y su condición, duros y blandos, hace un reflexión sobre el papel de la especulación de los bienes raíces y de las distinciones de clasificación entre las clases sociales. La muestra aparece repartida en tres espacios. En la sala principal Shelter (2011), hace más referencia visual inmediata y directa a las ideas de la supervivencia física, asociada con la vivienda de emergencia. Kuri está fascinado por el instinto humano básico para demarcar el territorio y establecer los límites de la propiedad, no importa cuán extremo de las circunstancias. Viviendas temporales y campamentos de refugiados diseñados en torno a la necesidad de dividir y separar una parcela de tierra de la otra. La tendencia señalada en esta pieza es lo que el artista describe como «pantallas de privacidad», minúsculos espacios divididos por marcos de tela, aparecen intercalados con elementos cotidianos sobredimensionados, fósforos, paños de cocina y láminas de cartón.
Las pantallas crean una zona de relativa comodidad dentro de un paisaje desolador delimitado por losas funerarias de mármol negro. Kuri deja entrever una posibilidad tanto de humor como de intriga visual a través de su juego en la escala y las relaciones formales con los espacios oscuro. Una maraña de ropa cuelga de la pared como símbolo de la superpoblación que ocupan esas cuadrículas compartimentadas, objeto de deseo de millones de seres desplazados, sin espacio propio pero con esperanza de conseguirlo.
Un gigantesco telón de fondo, a modo de membrana, invita al espectador a penetrar al segundo espacio, el patio, donde una escultura de chapas de hierro de diversas formas uniformemente pintada, se refiere con sutil ironía a la realidad estadísticas que relaciona cualquier fenómeno social por funesto que éste sea. Untitled (2011) expresa la ambigüedad de los cómputos y la representación gráficas de datos. El propio espectador puede comprobar la variedad de visiones que ofrece el espacio colocándose en ángulos diferentes. El artista cuestiona así el potencial expresivo de lo censado, expuesto a distintas lecturas, según la intención el sujeto que lo interpreta.
El tercer espacio esta reservado para las referencias políticas. A través de prototipos de mesas de votación y urnas electorales, Kuri hace hincapié en la separación de los individuos, mientras juegan un papel de vital importancia en la determinación de la estructura política de la sociedad colectiva. Los objetos cotidianos, muchas veces «usar y tirar» como botellas de agua, colillas de cigarrillos consumidos, pastillas usadas de jabón, botellas de agua, cuñas de puertas y hojas de plástico, construyen un lenguaje intimista y cercano, creando un juego visual sorprendente. A través de la cuidada selección y colocación de los objetos, el autor pone en tela en juicio el sistema de valores que sustenta nuestra sociedad de consumo. La muestra ofrece un sutil equilibrio entre los conceptual y lo concreto, lo cotidiano y lo efímero, una parodia crítica de la cultura capitalista de tendencias homogeneizadoras. Las referencias a los refugios de emergencia y la reflexión sobre las profundas carencias sociales, la supervivencia en última instancia, proporciona una corriente continua de interconexión de la lógica del mundo globalizado, expresada en el enriquecedor discurso creativo de Kuri.
GABRIEL KURI: BEFORE CONTINGENCY AFTER THE FACT
Hasta el 27 Noviembre: South London Gallery, 65 Peckham Road London SE5 8UH