Portada | Actualidad | ‘Hoy en día en Libia la gente puede vivir libremente y decidir sobre su futuro’

‘Hoy en día en Libia la gente puede vivir libremente y decidir sobre su futuro’

Entrevista con Abubaker Ali Maitieg, líder revolucionario libio

La rebelión en Libia comienza el 17 de febrero de 2011 en la ciudad de Bengasi, cuando un grupo de jóvenes se une para protestar contra el gobierno de Gaddafi. El 20 de octubre de 2011, esta rebelión culmina con la captura y muerte del hasta entonces presidente en su ciudad natal, Sirt, a manos de revolucionarios de Misurata. Uno de estos líderes, Abubaker Ali Maitieg, nos cuenta desde Nottingham el viaje que le llevó desde Londres hasta su país para luchar por la revolución, su opinión sobre algunos aspectos de la actualidad árabe y cómo su vida ha vuelto de nuevo a la normalidad tras la guerra. Después de cinco operaciones debido a las heridas en el campo de batalla, Abubaker prosigue su vida en Reino Unido, donde se acaba de graduar en Artes por la Nottingham Trent University. Esta es su historia.

 

¿Cómo era la situación de Libia antes de la revolución?

Antes de la revolución y durante 42 años del gobierno de Gaddafi, Libia no había mejorado nada. Las calles y los caminos estaban igual que en 1968, sin mantenimiento ni mejoras. Las universidades se habían quedado obsoletas, al igual que los hospitales, que no contaban con equipamiento adecuado. Durante la guerra, el gobierno destruyó varias ciudades. Mi ciudad, Misurata, fue gravemente dañada y más de 3.000 casas fueron destruidas. Más de 40.000 personas fueron asesinadas, y miles más quedaron heridas y lisiadas tras la guerra.

¿Cuándo decides regresar a tu país y luchar por la Revolución?

Mi familia y yo sufrimos mucho por el régimen de Gaddafi. Yo estaba en Reino Unido y participé en las protestas en Londres, pero no me podía quedar en casa de manos cruzadas mientras las tropas de Gaddafi estaban matando a ciudadanos libios. Así pues, decidí regresar. Viajé a Egipto y luego tomé un camión hacia la zona este de Libia, y en ese punto me uní a los revolucionarios y participé en varias batallas. Después tomé un barco (un día y medio de trayecto) a mi ciudad, Misurata, donde me uní a los revolucionarios de mi región. Quedé herido varias veces en la guerra: mi rodilla, cadera, brazo, costillas, espalda y cabeza. No obstante, nosotros liberamos a la capital Trípoli.

Después de la revolución en Libia, ¿qué mejoró en tu país?

Muchas cosas mejoraron, pero la más importante es que la gente en Libia ahora vive libremente y tiene la posibilidad de decidir su presente y futuro. Hoy pueden criticar al gobierno y decir lo que piensan sobre qué es correcto y qué no.

¿Qué tan importante es la cultura y educación en Libia?

Muy importante. La mayoría de los libios están bien educados y las comunidades libias tienen su propia cultura. La comunidad libia es conservadora, pero al mismo tiempo es abierta.

¿Qué piensas de los movimientos sociales en México y América Latina contra la creciente corrupción de los gobiernos?

No tengo una idea completa de la situación de aquella parte del mundo, pero pienso que no es muy diferente de lo que pasaba en Libia. Creo que no hay suficiente activismo en contra de la corrupción allá.

¿Cuál es la posición de los países árabes del conflicto en Gaza-Israel?

Nosotros creemos que los palestinos tienen el derecho de vivir en paz en su propio país.

En los movimientos sociales como Irán, Túnez y Egipto se ha discutido la importancia que jugó el papel de las redes sociales. En el caso de Libia, ¿qué papel ha tenido Internet en el movimiento revolucionario?

Internet fue un elemento crucial en la revolución de Libia. Todo comenzó en Internet. Inicialmente la idea se propagó en Facebook y conforme pasaban los días creció y se fortaleció haciéndose fuerte y transformándose en una revolución.

¿Por qué volviste a Reino Unido?

Porque necesitaba continuar con mis estudios, trabajar en mi tesis, y terminar todo el proceso de la maestría.

¿Cuáles son tus proyectos futuros?

Estoy planeando regresar a Libia y trabajar como profesor en la Universidad de Misurata por dos años. Luego, intentaré conseguir una beca para regresar al Reino Unido y hacer un doctorado.

Antes de despedirse de su cafetería favorita en Nottingham y perderse entre la lluvia, Abubaker Ali Maitieg insiste en dejar un último mensaje a los lectores: «Me gustaría decir que nada es más preciado que la libertad, ya que es lo más valioso en nuestras vidas. Vale la pena el sacrificio para las futuras generaciones, para que puedan vivir libremente, y lo hagan mejor que nosotros».

Nota de EER: Véase el documental Witness: Holding the Line: Libya que realizó Patrick Wells para Aljazeera donde participó Abubaker Ali Maitieg.

Eduardo Estala Rojas, mexicano, es poeta y crítico cultural. Autor del libro Blanco Oro Negro (Edición de autor, Impresora Bubok, Reino Unido, 2012). Radica en Nottingham, Inglaterra. eduardoestalarojas@gmail.com

Relacionado

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio