Más de 4.000 personas vivieron escenas propias de la película Titanic la pasada noche en el buque Costa Concordia.
Al parecer, el barco encalló en las inmediaciones de la isla de Giglio con la mala suerte de producir la muerte de tres personas. Otras catorce, además, resultaron heridas. La nave realizaba un crucero por el Meditterráneo y tenía previsto hacer escalas en Civitavecchia, Palermo, Cagliari, Palma de Mallorca, Barcelona y Marsella.
Hacia las 9 y media de la noche, se oyó en el buque un estruendo acompañado por un apagón. El capitán anunció que se trataba de un problema eléctrico pero los allí presentes pudieron comprobar que la nave se estaba inclinando. Cuando comenzó a entrar agua en el buque, los testigos fueron invitados a colocarse los chalecos salvavidas y dirigirse a los botes de emergencia.
Entre los miles de pasajeros y tripulantes, había casi 200 españoles que no han sufrido ningún daño. Algunos de ellos se pusieron en contacto con el consulado para informar del suceso. Según ellos, no llegaron a caer al agua, puesto que fueron rescatados desde el barco y transportados a la isla de Giglio, donde se acomodaron en una parroquia, habilitada como método de socorro para asistir a tantos invitados.
La compañía propietaria del buque aún no se explica lo sucedido.