El aprendizaje del gallego y catalán resulta más accesible en Reino Unido que dentro de las fronteras españolas
«Noia, em portes una ampolla de Rioja del magatzem?», le pregunta la barcelonesa Gemma Novella a su compañera leridana tras la barra de uno de los muchos restaurantes españoles que alberga el gigante londinense. El matrimonio de mediana edad que, al otro lado, disfruta de una suculenta cazuela de pimientos de padrón, reconoce inmediatamente los fonemas hispanos y les dan la bienvenida con una sonrisa de oreja a oreja. Estos aprendices entusiastas, a pesar de declararse amateurs en el asunto, se atreven a poner en práctica los vocablos aprendidos en sus escapadas estivales. Le confiesan a la joven camarera que se sienten como en casa cuando ponen un pie en la ciudad que, en su día, Gaudí vistiera de gala. «La ciutat més bonica», exclaman con gracia».
Mara Martínez, estudiante de Traducción e Interpretación de la Universidad de Vigo asegura que «no se tiene ni idea» de la importancia de la realidad plurilingüística de España fuera de sus fronteras. Esta joven gallega explica que durante su beca Erasmus en Bangor University (norte de Gales) se quedó «fascinada» al descubrir el departamento de gallego que pertenece a la facultad de Modern Languages. «Incluso había noches del gallego en las que estudiantes de diferentes países del mundo nos reuníamos para hablar en gallego. Nunca había visto una iniciativa semejante en ningún otro sitio. ¿Quién iba a pensar que podría conversar en gallego con una estudiante húngara?», confiesa Mara con satisfacción.
Jordi Cornella-Detrell es profesor de Hispanic Studies en Bangor University. Explica que, a pesar de no haber impulsado aún un departamento de catalán, imparte la asignatura de Catalan Society, la cual engloba «la sociedad y cultura catalana, Dalí, Gaudí, el franquismo, etc., pero no el idioma», detalla el académico. Según comenta, la mayoría de sus estudiantes deciden cursar esta asignatura o aprender catalán fuera de la universidad por motivos profesionales y académicos «porque lo encuentran útil. Muchos alumnos deciden ir a Cataluña como Teaching Assistants mediante programas del British Council». Cuando se le pregunta a Jordi su valoración sobre la situación actual en España, comenta que «es difícil saber si no hay oferta porque no hay demanda o no hay demanda porque nunca ha habido oferta. Yo creo que si hubiera la oportunidad de estudiar las lenguas cooficiales en más Escuelas Oficiales de Idiomas -que parece el lugar ideal- es muy posible que hubiese demanda. De todas maneras, la situación es peor en otros países como Francia o, incluso, Reino Unido respecto al galés», aclara Jordi.
El euskera no pasa desapercibido entre los británicos gracias a organizaciones como London Basque Society
Cardiff University, Scotland’s Catalan Centre o The Anglo-Catalan Society son algunos de los innumerables rincones británicos donde se rinde culto al catalán. También existe el singular caso de The University of Liverpool, donde es posible aprender catalán y gallego dentro del programa de Hipanic Studies. Mario Ruiz es un joven madrileño, filólogo y profesor de inglés, que ha pasado largas temporadas en Reino Unido completando sus estudios y tesis sobre bilingüismo. Es hablante de español, inglés, alemán y catalán. «Me consta que hay más universidades en Inglaterra en las que es posible aprender catalán que España. Si, además excluyes las universidades españolas en las que el catalán es lengua materna, el resultado es para echarse a llorar», para ser más preciso, el lingüista explica que en comunidades como Canarias, Cantabria, La Rioja o Castilla-La Mancha «no hay un solo centro académico en el que aprender catalán, gallego o euskera».
«¿Que por qué querría un extranjero aprender las lenguas cooficiales de España? Yo creo que hay gente que toma la iniciativa por curiosidad. En otros casos se lleva a cabo por motivos académicos, porque se quieren especializar en estudios hispánicos o románicos ya que, al fin y al cabo, el catalán es una lengua potente y con una gran tradición literaria», explica Mario.
Aunque con menor tirón, el euskera tampoco pasa desapercibido entre los británicos, gracias a organizaciones como London Basque Society en la que se organizan cursos intensivos e intercambios para una mayor inmersión en el euskera. Sin dejar atrás la labor llevada a cabo por los diferentes quince Institutos Cervantes repartidos alrededor del mundo en los que se imparten cursos de gallego, catalán y euskera.
Mientras tanto, el matrimonio de la barra le confiesa a Gemma estar encandilado por el pa amb tomàquet, entre otras delicias de la dieta mediterránea, puede oírse de fondo con acento coruñés: «Ja està llista el menjar de la taula trenta».