«Un burócrata es alguien que encuentra cien problemas para una solución». Se entiende, desde que Carlos I nos los trajo de Flandes, que su misión no es solucionar nada sino poner condiciones, obstáculos, cortapisas, muchas de ellas legales y razonables, a las actividades, el trabajo, la vida de las empresas y las personas. «Cuando oigo hablar de burocracia echo mano a la cartera». No es misión de estos trabajadores aportar soluciones sino con frecuencia complicar las cosas todavía más de lo que están, a veces en aras de hacerse todavía más necesarios.
Las salidas para una situación difícil son obstaculizadas, de forma sistemática, por esos individuos que parasitan la sociedad atacando todo lo que pueda significar cambio, innovación, creatividad. Conozco un muy desacreditado inspector de enseñanza secundaria al que le pedí una opinión, recibiendo como respuesta un encogimiento de hombros y una media sonrisa que consideré ofensiva a mi condición de ‘profe’. Faltó la burla, cuchufleta incluida. Un ejemplo vivo de inutilidad parasitaria.
A lo largo de mi vida he conocido auténticos creadores de riqueza, trabajadores incansables, imaginativos y en gran parte aventureros. Me crie en una época difícil, de crecimiento meteórico sobre una España todavía humeante…Viví rodeado de personas excepcionales en este aspecto, valientes y arriesgados, ‘de lo que ya no hay’. Tiempos en los que la palabra ‘cobarde’ era un insulto atroz, cuando ahora no es más que un recurso para conservar privilegios o mantenerse vivo.
Nuestra democracia ‘inorgánica’ sufre como castigo a su soberbia una evolución basada en el crecimiento de la burocracia y un reparto de competencias entre los más incompetentes e irresponsables. Al menos es lo que sus hechos gritan a los cuatro vientos.
¿Podemos confiar en un grupo de burócratas para encontrar soluciones a los problemas?
Sólo si podemos convencerlos de que están para servir, un servicio que le pagamos como ciudadanos y no para servirse del cargo en beneficio propio. Para mi está muy claro que buscar soluciones es tarea de los emprendedores, los que siguen la máxima de Zorba: «Estar vivo es liarse la manta a la cabeza y buscarse problemas».
Alfonso Posada
Prof. de bachillerato
Alfons.inn@gmail.com