Con motivo de la presentación del «Manifiesto de la Calidad del Aire», el alcalde de Londres, Boris Johnson, anunció que el Ayuntamiento de la capital británica había decidido crear un impuesto para gravar la circulación con automóviles que usen combustible diesel. De este modo, la Administración londinense da respuesta a las críticas recibidas por los altos índices de contaminación que está sufriendo la ciudad durante las últimas semanas.
A partir de ahora, los vehículos diesel deberán pagar una tasa de 10 libras para poder circular por determinadas vías de la ciudad que se encuentren en las denominadas zonas «de bajas emisiones». Así pues, cualquier persona que disponga de un automóvil de este tipo debe saber que un viaje en coche por Londres no le saldrá barato. Conviene recordar que desde hace ya tiempo existe un gravamen de 11,50 libras para circular por las llamadas «zonas de congestión», en el centro de la ciudad. A esto ahora hay que añadirle la nueva tasa que ha impulsado el Ayuntamiento con el fin de combatir los altos índices de polución que alertan a las autoridades sanitarias británicas.
La alta contaminación de Londres preocupa cada vez más
Que Londres es una ciudad con mucha contaminación no es algo novedoso. Esto ya viene implícito en la categoría de una de las ciudades más grandes del mundo. No obstante, un estudio del King’s College ha desatado la alerta al publicar que según muestras recientes, una de las calles más concurridas de la urbe, Oxford Street, tiene alcanzó niveles de 135 microgramos por metro cúbico de dióxido de carbono, multiplicando por cuatro los límites recomendados por la Unión Europea.
Ante estas medidas que gravan cada vez más el uso del coche por Londres, el transporte público es la opción más asequible para moverse por la ciudad.
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