Uno de los supermercados Tesco, donde se detectaron algunos productos que contenían carne equina.Desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente español se asegura que el problema puede tener su origen en la manipulación del producto por un agente británico o que en un comercial lo vendiera como carne de vaca
«Nosotros y nuestros proveedores os hemos decepcionado, y por ello os pedimos perdón». Estas son las palabras que la cadena de supermercados Tesco, la mayor de Reino Unido, incluyó en su carta titulada We apologise (Pedimos perdón), que fue difundida la pasada semana en forma de anuncio en los principales diarios nacionales de Reino Unido. «Esta es nuestra promesa: averiguaremos qué es lo que ha sucedido exactamente y, cuando lo hagamos, volveremos y os lo contaremos», añadió Tesco al cierre de su carta.
Todo comenzó cuando el pasado miércoles 16 de enero los periódicos de tirada nacional abrían sus portadas anunciando que la Autoridad Irlandesa de Seguridad Alimentaria (FSAI por sus siglas en inglés) detectó que algunos de los supermercados localizados en Reino Unido e Irlanda de Tesco y Iceland, así como los de Lidl y Aldi, habían estado vendiendo productos etiquetados como vacuno que contenían carne de caballo.
A pesar de que una de las hamburguesas analizadas (que se podía adquirir en Tesco) contenía un tercio de carne de caballo, FSAI anunció que la cantidad de este tipo de carne que se encontró en el resto de productos no era demasiado grande, y que, además, no supone un riesgo para la salud. No obstante, las cadenas de supermercados han procedido a sacar del mercado todas las hamburguesas de vacuno que se podían encontrar en sus estanterías.
Ese mismo día, el ministro de Agricultura irlandés, Simon Coveney, especificó que el origen de dicha carne podría estar en España y Holanda, negando así que las dos plantas de procesamiento que distribuyen normalmente esos alimentos en Irlanda empleasen caballo en sus procesos de producción. Mientras las investigaciones continúan para averiguar el verdadero origen de la carne, desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente español se afirmó que, en cualquier caso, el problema puede encontrarse en la manipulación del producto por un agente británico, o que un comercial lo vendiera como carne de vaca, cuando se trataba realmente de carne de caballo. No obstante, subrayaron también que no existe un mayor riesgo por la presencia de carne de caballo, ya que de los controles sobre la producción de este tipo de producto y su comercialización se encargan la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), así como las Comunidades Autónomas.
La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, afirmó también la pasada semana que, «si se ha producido algún fraude, si hay algún español que esté dentro de los productores de esa carne, lo tendrán que dilucidar en su momento».