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Isabel Baquero se abre hueco en los escenarios de Londres

Pasó su infancia entre piruetas, pliés, giros, tutús y volantes. La bailarina Isabel Baquero ha conseguido lo que muy pocos españoles, hacerse un hueco en escenarios londinenses sólo al alcance de unos pocos. Cuando una artista lleva tantos años formando parte del elenco de una ópera tan solemne como La Traviata en el Royal Opera House de Covent Garden es por algo. El Ibérico descubre a esta española, originaria de Mataró, que ya ha conquistado el baile y ahora dirige sus pasos hacia la coreografía y la enseñanza. Pasos de baile que rinden tributo al talento ‘Made in Spain‘.

Desde 1994 formando parte de una de las óperas más importantes de Londres, ¿Qué significa para Isabel Baquero actuar en La Traviata?

Entré con 24 años en la producción. En septiembre volvemos de nuevo en el Royal Opera House de Covent Garden. Es una obra dirigida por el eminente Sir Richard Eyre y donde la coreógrafa es Jane Gibson. Ahora mismo, además de bailarina y actriz, también soy su asistente y la dance captain (capitán de danza). Organizo todos los ensayos, los horarios y todo lo que conlleva la preparación de la coreografía y, por supuesto, ayudo a matizar el estilo español con algunos de los bailarines que no han hecho baile español nunca.

A esta gran ópera le ha seguido tu participación en películas como Shakespeare in love, Orgullo y Prejuicio, La Edad de Oro…

Sí, en Londres he tenido la oportunidad de desarrollarme como bailarina profesional y he podido trabajar junto con artistas muy importantes como Plácido Domingo, Catherine Zeta Jones, Gwyneth Paltrow, Keira Knightley, Cate Blanchett… Gente con mucho talento que te motiva para seguir adelante. Esto me ha llevado a abrirme a otros campos y es desde entonces, cuando he empezado a desarrollarme más en un ámbito coreográfico.

Eres bailarina, coreógrafa, profesora, actriz. ¿En qué faceta de tu vida profesional te sientes más cómoda?

Yo creo que con una mezcla de todas, pero por las circunstancias de la vida, la carrera de un bailarín tiene varias fases. Con 20 años el baile se puede explotar más, al principio de los 30 tu cuerpo empieza a cambiar y aunque aún estoy haciendo mis pinitos como bailarina, estoy en un período de transición. Durante los últimos 5-10 años estoy desarrollando mi carrera como coreógrafa y como profesora de danza.

Tus alumnos hablan maravillas de ti. ¿Cómo eres como profesora? ¿Cómo son tus clases?

Mis padres tenían una escuela de danza, así que el hecho de bailar desde los tres años te forma de otra manera. Yo creo que para dar clases de baile lo has tenido que sentir en la piel, has tenido que bailar encima de un escenario, has tenido que estar en una escuela toda tu vida sudando el maillot, aquello de que «la fama cuesta» es una realidad. A mis alumnos les intento transmitir que el baile son muchas facetas: técnica, interpretación, cuidar el cuerpo y la mente. Siempre hay que estar muy despejado y pisar con los pies en el suelo, hay que bailar con los pies pero también hay que bailar con la cabeza.

Dominas muchísimos estilos de baile, ¿Es esa quizás la clave de tu éxito?

Tuve la suerte de que en la escuela de mis padres me pude formar de una forma muy polifacética en todos los estilos de baile, pero aquí en Londres al ser española, lo que vende más es el flamenco y el baile español y es esto lo que más he explotado y lo que más gusta.

Veinte años bailando en la ciudad del Támesis, ¿Cómo llegaste a Londres?

Tenía la oportunidad de seguir mi carrera como bailarina en España, tenía la escuela de mis padres donde podía haber continuado dando clases pero me ofrecieron una beca de estudios en la London Studio Centre y fue entonces cuando vi la ocasión de llevar adelante mi sueño y aquí me quedé. Estuve tres años en la escuela y al año, entré en la producción de la Royal Opera House en Covent Garden. Allí una cosa me ha llevado a la otra y desde entonces no he parado.

Esta dilatada trayectoria que cosechas, ¿Habría sido posible en España?

Yo creo que hay mucha más tradición teatral en Londres, por el clima. Los climas atlánticos se prestan más a que si hace frío y llueve no se salga a la calle y al final la gente necesita salir de su casa, necesitan ese estímulo de ir al teatro y motivarse con las luces, el color, el baile, la música… En España tenemos un clima estupendo y nos apetece estar siempre al aire libre, la temperatura se adapta más a lo que nos gusta hacer, que es celebrar en la calle. Aunque yo creo que hay mucha tradición en España pero no está tan arraigada, aquí la gente valora mucho el talento y al artista.

Hablas de una etapa de transición en lo profesional pero también en lo personal porque eres madre de una niña de tres años, ¿Te gustaría que Niamh siguiera tus pasos?

Yo creo que es importante que ella elija, a mí me lo sirvieron en bandeja. Por supuesto, si ella decide ser bailarina, yo la apoyaré e intentaré enseñarle todo lo que pueda, pero nunca obligándola. Es una carrera muy dura en la que tienes que tener mucha disciplina y mucha ayuda de tu familia.

Llevas 21 año viviendo en Londres, ¿Con qué te quedas de la ciudad y qué echas de menos de España?

De España echo en falta a mi familia, a los amigos, la paella, el Rioja… No obstante, aquí en Londres, tenemos restaurantes muy buenos que te traen la cultura española a la mesa. Pero sobre todo echo de menos el ambiente, porque una cosa aislada nunca es lo mismo, comerte una paella en Londres si no tienes a la familia y a los amigos aquí no es igual. También el ser espontáneo, aunque al mismo tiempo de Londres me quedaría con la disciplina y la organización de los ingleses. Soy una persona a la que gusta la estructura, tengo esa ambigüedad.

Has bailado en teatros tan importantes como el Royal Opera House, el English National Opera, y has participado en películas ganadoras de Oscars, ¿Puedes decir que has conseguido tu sueño?

Puede ser que piense que he alcanzado mucho pero el sueño es efímero. No puedo decir que lo he alcanzado todo porque la perfección no existe. El sueño es mantener lo que he conseguido y desarrollar la carrera de coreógrafa y de profesora de danza al mismo tiempo que continuo trabajando en óperas y películas.

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