Portada | Actualidad | ¿Tribus?

Algo ganamos en Libia: Clarificar nuestra comprensión de la organización de la sociedad en tribus, poco conocido por los orgullosos occidentales, ocupados en hacer valer la ciudadanía, los papeles para casi todos, el libertinaje bajo control, la igualdad y la supuesta fraternidad…El ser humano. Pero las tribus existen, y también los aspectos tribales en la organización de los trabajadores de muchas empresas, sectas religiosas, poderosos grupos de presión, partidos políticos, mafias, hermandades, etc. Todos tienen en común la idea de pertenencia de la persona al grupo, fundamental en la vida de sus miembros. Nacen y acaban muriendo por y para la tribu, viven única y exclusivamente para ella, objetivo último de su existencia.

Recordamos, horrorizados, las matanzas entre Hutus y Tutsis, descritas con maestría en la muy recomendable película Hotel Ruanda. Los altavoces callejeros de la radio, que adoctrinaban a los asesinos de forma machacona, un signo de la más avanzada modernidad, émulos del mismísimo Goebbels. Y es que hacer de los alemanes una tribu, con racismo incluido, le salió redondo a los nazis, con las consecuencias que conocemos. Es el sentimiento de pertenencia el que hace, recíprocamente, amigas o enemigas a las otras tribus, siempre según el control ejercido por los caciques, caudillos, honorables prohombres, etc. con tendencia a crear un enemigo común y a cargarse la tribu contraria, siempre en favor de hacer crecer su ego, riqueza, poder y hasta representatividad.

Extrañamente algunos occidentales no se avergüenzan de sus orígenes tribales y ostentan los pendones de sus tribus originarias, imponiendo el pendoneo entre los inmigrantes de toda laya.

La ‘armonización’ de las tribus libias, tras la intervención de la ONU, será una prueba difícil para la diplomacia y las empresas occidentales, especialmente las de comunicación. No olvidaremos fácilmente las imágenes de uno de los más poderosos señores del petróleo y el gas, vejado y ensangrentado, a merced de una turba armada de teléfonos móviles, con cámara. El objeto del juego tribal siempre es la muerte del enemigo.

Alfonso Posada
Prof. de bachillerato
Alfons.inn@gmail.com

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