La World Travel Market, una de las ferias hoteleras más destacas del panorama internacional abrirá sus puertas este domingo en la capital británica, como cada noviembre, para resaltar los mejores hoteles y destinos turísticos del mundo. Una cita muy esperada por los amantes de los viajes y del turismo que este año podrán conocer a la cadena hotelera española, Derby Hotels Collection, puesto que participa en esta nueva edición de la feria.
Los empresarios más conocidos del negocio llegan a Londres para mostrar sus empresas y por ello no podía faltar el presidente de esta cadena hotelera española, Jordi Clos. Un negocio que comenzó siendo mínimo y que sigue creciendo cada día ofreciendo a sus clientes una mezcla de arte y lujo del que poder disfrutar en cada uno de los edificios instalados en las principales capitales del mundo como Barcelona, París o Londres.
Jordi Clos se inició en el mundo de la hostelería en 1976 y una vez que accedió a este sector empresarial decidió que no iba a apartarse de él. Su dedicación ha sido constante y sus labores tan importantes que fue nombrado presidente del Gremio de Hoteleros de Barcelona y de la Asociación de Turismo de Barcelona. Ha dedicado parte de su carrera a la egiptología, llegando a crear en en 1992 la Fundación Arqueológica Clos, a través de la que se pretende difundir el arte y las culturas pasadas.
Considerado uno de los empresarios más respetados del panorama nacional, su manera de emprender le ha hecho llegar al lugar en el que se encuentra actualmente, con una veintena de hoteles repartidos por Europa y con una expansión de futuro que se consolida cada día.
– ¿Cómo y cuándo decidió que acceder al mundo empresarial de la mano de un hotel era una buena idea?
Me inicié en el diseño y la arquitectura de interiores y en 1976 entré en el mundo de la hostelería cuando me encargaron la reforma del Hotel Derby. Vi que aquello me interesaba y me incorporé al accionariado de la empresa.
– ¿Cómo recuerda sus comienzos?
Me obsesionaba la idea de crear un estilo propio. Para muchos, un hotel era una cama donde dormir fuera de casa, para mí es un lugar con personalidad propia donde vivir. Hace tres décadas gestamos un nuevo concepto de hotel donde el lujo y el espacio no fuera exclusivo y se integrara en la vida social con restaurantes y terrazas donde pudieras a la vez disfrutar de la ciudad.
– Si tuviese que explicarle a alguien que nunca ha oído hablar de sus hoteles, ¿cómo se los definiría? ¿qué ofrecen? ¿qué les diferencia del resto?
Nuestros hoteles tienen una personalidad propia muy definida que nos diferencia tanto por sus materiales como por la riqueza del propio edificio. El gran valor añadido de nuestros hoteles es la sofisticación. Palacios, casas señoriales o construcciones emblemáticas son la imagen de marca de Derby Hotels.
– La característica principal de sus establecimientos es la presencia de arte en cualquier rincón. ¿Qué ha de tener una pieza para que usted decida incluirla en la decoración?
En cada edificio buscamos qué simbología artística y cultural encaja más. El último caso ha sido la apertura en Barcelona del hotel Arai en un palacio del siglo XVII. Estaba prácticamente en ruinas y aparte de restaurarlo, lo hemos decorado con muebles y esculturas de aquel siglo.
– Qué cree que pesa más sobre sus clientes en el momento de reservar una habitación, ¿el lujo y confort que se les ofrece o la cultura que pueden encontrar en su interior?
El cliente que viene a nuestros hoteles tiene una alta sensibilidad por la cultura general y agradece este binomio con el lujo, aunque tengo que reconocer que hay clientes que han llegado a solicitar una determinada habitación según las obras de arte que hay en su interior.
– Ninguno de sus hoteles se parece a otro, ¿por qué la distinción entre todos ellos y no el mismo diseño?
No creo hoteles estándar, cada uno tiene su propia personalidad y carisma. Se trata de un sello que nos identifica. La identidad es la base de todo. Todos tienen una historia en función de la época en que han sido construidos y el lugar donde están.
– Su cadena hotelera va a estar representada en la conocida World Travel Market londinense, ¿qué supone para su negocio?
La WTM es la feria referente a nivel mundial para el sector del turismo. Es una excelente oportunidad para reunirnos con los principales agentes del sector y cerrar los acuerdos y contratos de colaboración internacionales de los años siguientes.
– Cuenta con hoteles en las principales capitales del mundo como Madrid, Barcelona y París, pero un solo hotel en Londres, ¿piensa ampliar su negocio en la ciudad?
Derby Hotels está actualmente inmerso en un proceso de internacionalización. Nuestro objetivo es expandirnos en ciudades que tienen un claro perfil turístico y de negocio y Londres es una de ellas. También contemplamos ciudades como Amsterdam y Munich.
– ¿Considera a los británicos dentro de su cartera de buenos clientes?
El mercado británico es uno de los principales clientes en nuestra compañía. Es un mercado referente que valora muy positivamente nuestro producto. Ocupa la tercera posición dentro de los mercados origen de nuestros hoteles, representando un volumen superior al 15% de nuestros clientes en todos los hoteles.
– En 2008 la crisis económica comenzó a golpearnos pero su empresa sigue creciendo y considerándose una cadena hotelera de referencia, ¿cuál es la receta de su éxito?
Muchas de las compañías hoteleras que apostaron por el alquiler y el negocio de la explotación para poder expandirse más rápidamente, han tenido dificultades por no poder hacer frente a los alquileres. Nosotros no dependemos de nadie, todos nuestros edificios son de propiedad. Esto implica un elevado coste ya que la compañía tiene un apalancamiento financiero muy bajo por lo que hay que tener muchos recursos, pero a la vez, en épocas de crisis soportamos mejor la sacudida.
– ¿Las complicaciones económicas le han hecho cambiar su filosofía?
Hemos dado prioridad a crecer poco a poco y reinvertir todos los beneficios. Admito que ahora podríamos tener 30 hoteles en lugar de 22, si bien esto nos habría hecho perder la identidad y no habríamos podido satisfacer las propias expectativas de exclusividad artística. Me interesa más la calidad que la cantidad.