Podría ser una de las tramas de una de sus novelas, pero la historia es tan real como la vida misma. La casa en la que el escritor escocés Arthur Conan Doyle escribió las trece novelas de Sherlock Homes, acaba de salvarse de la demolición a la que parecía verse condenada. Ha sido la decisión del Tribunal Superior de Londres la que ha frenado la iniciativa de derribar la casa victoriana, situada en Surrey (Inglaterra). La Undershaw Preservation Trust, fundación para preservar este edificio histórico, presentó un recurso contra su derribo que el tribunal finalmente ha aceptado. De este modo, la mítica propiedad de alto valor literario, ya no se convertirá en un edificio de ocho viviendas. En una vista celebrada, el juez Ross Cranston alegó «errores legales» para revocar la decisión del Ayuntamiento de Waverley, que en septiembre de 2010 había dado luz verde a las obras en la casa en la que el autor escocés escribió la historia más conocida de Sherlock Holmes, ‘El perro de los Baskervilles’.
Gibson consideró que la vivienda que diseñó el propio Conan Doyle, quien vivió en ella desde 1897 hasta 1907, había sido «gravemente descuidada por sus actuales propietarios», la empresa constructora Fossway.
Según Gibson, que cuenta con el respaldo de personalidades del mundo literario, los dueños de ‘Undershaw’ (el nombre de la casa) la perciben simplemente como una «oportunidad de inversión» sin tener en cuenta su valor histórico y literario.
Tras la vista, Gibson indicó que la batalla para salvar Undershaw había sido «larga y difícil» y recordó que ese lugar tiene un gran valor histórico y debe ser tratado con reverencia». También agregó que «la vida y los trabajos de Conan Doyle son una parte fundamental de la cultura británica».
El proyecto contra el que se ha pronunciado el tribunal pretendía demoler parte de la estructura de la casa, la construcción de una nueva ala de tres plantas y la conversión en garajes de lo que eran los establos. Undershaw se vendió a Fossway, una compañía que tiene su sede en las Islas Vírgenes británicas, en febrero de 2004.
Además de la ‘Undershaw Preservation Trust’, a ese proyecto de reconversión se oponían también, entre otros, el ex presidente del Consejo de las Artes Christopher Frayling, los escritores Julian Barnes e Ian Rankin y el actor y director Stephen Fry.
Desde 1920, la casa victoriana salvada de la demolición fue empleada como un hotel antes de quedar vacía en 2005 y, desde entonces, comenzó a deteriorarse.