Las ‘bahianas’ reciben a los viajeros con vestidos blancos, frutas y la mejor de sus sonrisas
Ahora que el frío se manifiesta en Europa, apetece evadirse y viajar a destinos más cálidos. Un buen ejemplo de ello es Brasil y en concreto su alegre ciudad: Salvador de Bahía. El gran mestizaje cultural, los coloridos paisajes junto a 50 kilómetros de playas que conforman esta moderna ciudad, su clima tropical cálido y su gente hospitalaria hacen de Salvador, durante cualquier época del año, uno de los referentes turísticos más internacionales del mundo.
La «Roma Negra»
Con casi tres millones de habitantes, siendo pues, la octava ciudad más poblada de América latina, la capital del estado de Bahía es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a la calidad de sus tradiciones, confluencia de culturas europeas, amerindias y muy en especial, africanas. Por ello, y ligado a su gran cantidad de iglesias, se la conoce como «Roma Negra» y es que es la metrópoli con mayor número de negros fuera de África. La religión es un factor importante en la ciudad e incluso se dice que «hay una iglesia por cada día del año». Destacan la de Nuestro Señor de Bonfim, de Lemanya y la de Nuestra Señora de los Pretos, entre otras.
La mezcla de razas ha hecho única a la cultura brasileña. Su gente es divertida, abierta, amante de la fiesta, valiente y luchadora; con gran honra por su tierra e idioma, el portugués, que no es exactamente igual que el hablado en Portugal. La unión de estas virtudes hace que Salvador sea un destino idóneo para aquellos turistas que quieran ser recibidos con una gran sonrisa.
Fundada como São Salvador da Bahia de Todos os Santos, se trata de una ciudad actual, repleta de acción, con altísimos modernos edificios y anchas avenidas, poseedora de unas suculentas propiedades culturales e históricas.
La capoeira, el baile más conocido de Salvador de Bahía.Ciudad Baja y Ciudad Alta
Hay que destacar dos grandes puntos turísticos en Salvador de Bahía: el primero, el centro histórico o Pelourinho que cuenta con la catedral de la ciudad y el segundo, el Elevador Lacerda, que conecta la ciudad alta con la baja tras sobrepasar 72 metros de desnivel.
Otros atractivos turísticos son el Faro de la Barra, sobre el litoral, donde se puede disfrutar de la preciosa puesta de sol sobre la Bahía de Todos los Santos y el Fuerte de San Marcelo, edificado sobre un banco de arrecifes. Por supuesto, también la cantidad de museos y teatros con los que cuenta la ciudad y sus maravillosos parques como el de la Laguna y Dunas de Abaeté o el Metropolitano de Pituazú, la mayor área verde de Salvador.
Por otro lado y tratándose de Brasil, para los amantes del fútbol, nada mejor que echar un vistazo a su principal estadio: el Octávio Mangabeira.
A su vez, el Mercado Modelo es la zona comercial más antigua de la ciudad y el lugar elegido por los turistas para comprar recuerdos de la Bahía.
Diversidad de costa
La forma triangular de Salvador de Bahía hace que se pueda disfrutar de unas condiciones de sol magníficas, así como de una agradable brisa suave, situación perfecta para gozar de la playa.
La costa de Salvador es muy variada, sus playas están distribuidas entre la Ciudad Alta (rodeadas por la Bahía de Todos los Santos) y la Baja (por el Océano Atlántico); algunas con aguas calmadas, cristalinas y de agradable temperatura, ideales para deportes como la vela o el buceo; otras de mar abierto, con fuerte oleaje, idóneas para los surfistas y las ladeadas por arrecifes que forman piscinas naturales.
Es muy recomendable tomar una lancha desde el puerto e ir a las islas que se ofertan como la Bahía de Todos los Santos, Itaparica y las de Los Frailes.
Los chiringuitos y el acaraje
Una vez en la playa, no hay que dejar pasar la oportunidad de relajarse en sus archiconocidos chiringuitos que ofrecen bebidas refrescantes tropicales y una estupenda comida, en especial el marisco.
Igualmente, en las playas se encuentran los puestos de bahianas, lugares para comer el acaraje, el plato típico de Salvador, que se trata de un buñuelo de frijol, frito en aceite de palma, un poco picante.
Hospedarse en Salvador de Bahía no es un problema, además de no ser muy costoso, existen grandes hoteles localizados en la Orla (orilla atlántica) y otros más pequeños en Barra o en el centro histórico. También es común alojarse en sus conocidas posadas, especialmente en las de Pelourinho.
La mayor fiesta del planeta
Algo muy significativo de Salvador es su música. Existe una gran cultura y ambiente musical, destacando la samba y la bossa nova. Carlinhos Brown es un buen ejemplo de esta riqueza musical.
El baile tradicional de la ciudad es la capoeira, que además es un arte marcial. Los mejores bailadores de la misma se encuentran en Salvador.
Salvador de Bahía o «la capital de la alegría», apodada así por sus grandes festejos populares, puede presumir de contar con el mejor carnaval del país y, posiblemente, del mundo; el libro Guiness de los Records nombró al Carnaval de Bahía como la mayor fiesta del planeta.
Más de dos millones de personas recorren bailando 25 kilómetros de calles y avenidas. Existen tres circuitos eléctricos del carnaval, escenarios móviles donde actúan artistas de renombre hasta el amanecer al ritmo del axé baiano: Osmar, el más antiguo, por donde desfilan los blocos, el Dodó, con camarotes y palcos para artistas famosos y el Batatinha que es el más económico.
Las grandes fiestas que se realizan y lo poblada que está siempre la ciudad hace de Salvador un lugar seguro, donde en cualquier rincón hay ambiente, sin importar la hora.
Salvador de Bahía, por lo tanto, es un destino turístico original para ir de vacaciones, donde las mujeres o bahianas que visten con enormes vestidos blancos y frutas en la cabeza reciben a los viajeros con la mejor de sus sonrisas.
Playa, fiesta, cultura, gastronomía y sobre todo alegría es un breve resumen de lo que ofrece esta maravillosa ciudad a todos sus visitantes.