El debate sobre la posibilidad de fumar o no en zonas públicas vuelve a la carga. En este caso es la ciudad de Londres la que se convierte en protagonista de esta discusión que no consigue un consenso porque La Comisión de Salud de la capital británica ha pedido al alcalde que se efectúe la prohibición de fumar en Trafalgar Square, en la plaza del Parlamento y en los parques de la ciudad que ocupan ni más ni menos que un total de 8.000 hectáreas.
La propuesta viene realizada de la mano de Lord Ara Darzi, quien reformó el Sistema Nacional de Salud en los últimos gobiernos laboristas. Una proposición que sin embargo no ha terminado de convencer al alcalde de la ciudad Boris Johnson quien «no está por la labor de prohibir cosas ya que una de las grandezas de Londres es dejar hacer». Implantar una prohibición de este tipo puede suponer un gasto de unos 7 millones de euros en cinco años.
Según los datos 1,2 millones de fumadores viven en la capital inglesa quienes desde 2007 acataron la normativa que les prohíbe fumar en puestos de trabajo, pubs, clubes y bares para dejar un espacio limpio de humo a los no fumadores. Por su parte, Simon Clark, el director de Forest sostiene que fumar en los parques «no entraña ningún riesgo para la salud.»
Aunque se pretende cambiar la situación, Londres no es una de las ciudades más saludables del planeta puesto que la mitad de su población padece sobrepeso u obesidad, superando con estos datos a ciudades como Nueva York, Madrid o París.