Meryl Streep interpreta en La Dama de Hierro a una Thatcher madura, en sus últimos años políticos, aquejada de la enfermedad que acabó con su fuerza, la demencia senil.
Tanto los laboristas como los tories critican la película, que podría otorgarle un Oscar a la actriz estadounidense. La izquierda, de esta manera, admite que el filme está hecho con fines propagandísticos y la derecha conservadora admite que se hizo demasiado hincapié en la salud de la política, en vez de en su labor gubernamental.
Así, Michael Heseltine, rival de Thatcher, muestra su oposición al largometraje. «La señora Thatcher fue una formidable primera ministra y hacer una película sobre su última etapa describiendo los problemas de su avanzada edad me parece de un mal gusto extraordinario», admite el político.
Por su parte, Cameron se muestra más flexible, aunque critica el resultado de la película. «Meryl Streep tiene una actuación fantástica. Pero no puedo dejar de preguntarme por qué se ha tenido que hacer ahora. Es más una película sobre el envejecimiento y elementos de la demencia que sobre una extraordinaria primera ministra», concluye el líder de los tories.
No faltó tampoco la opinión del cineasta David Torrance, quien afirma que los británicos van a ver una cara de la ministra que pocos conocen puesto que «aunque su demencia ha sido mencionada a menudo por la prensa, muy pocos en Reino Unido son directamente conscientes de su alcance».