El pasado 27 de Enero tuvo lugar en la sede de la capital británica del Instituto Cervantes, un debate sobre la aparente dificultad de los españoles y los ingleses para aprender idiomas. La conferencia inició un ciclo sobre lingüística, al que se le ha llamado en español lingüística blanda, en el que se discutirán distintas cuestiones relacionadas con la lengua a lo largo de los próximos meses. En el debate participó Lid King, National Director for Languages y Justin Vollmer, director adjunto de International House Londres. El Consejero de Educación para Reino Unido e Irlanda, Jesús Fernández González, fue el moderador de esta charla en la que el público asistente fue un fiel participante, demostrando el interés que suscita este tema entre la comunidad londinense.
Como bien sabemos, España y Reino Unido son dos países con muchos puntos comunes aunque la lengua no sea uno de ellos. Sí que lo es la aparente dificultad de ambas sociedades para aprender otros idiomas. Reino Unido es una potencia que cada vez más, aumenta sus relaciones con América Latina, lo que provoca la necesidad de conocer la lengua de Cervantes. En cuanto a España, desde hace varios años, el inglés ha sido básico para entablar negocios con Estados Unidos y más recientemente, con las economías asiáticas.
Hasta el 90% de los holandeses o los suecos hablan una segunda lengua, a la cola de estos datos se sitúan países como España y Gran Bretaña. En opinión de Justin Vollmer cualquiera es capaz de aprender otro idioma pero las cifras hablan por sí solas. Lid King defendió que «…no se debe caer en el mito porque existen personas en ambos países que hablan varios idiomas muy bien así que no debemos generalizar».
Entre las razones que apuntaron los conferenciantes, ambos coincidieron en el factor miedo, que dificulta en muchas ocasiones el aprendizaje de idiomas. Hablamos del temor a hacer el ridículo junto a la vergüenza a hablar en público, algo muy común en las aulas. Lid apuntó que este factor podría neutralizarse si se comenzara con la enseñanza de los idiomas a una edad más temprana, y no en la adolescencia donde el miedo al ridículo es, generalmente, más acentuado.
La cuestión de la educación en las escuelas apareció tanto en la discusión entre los expertos como en el diálogo con el público. Todos están de acuerdo en que el método de enseñanza no es el más adecuado en ambos países. Lid King apunta que los niños comienzan demasiado tarde con el aprendizaje de las lenguas extranjeras. Además, la escuela puede ser el peor lugar para este tipo de enseñanza, en inglés se utilizó la metáfora «It’s like gardening in a gale». En español algo así como plantar semillas durante un vendaval.
La motivación es un elemento esencial en el aprendizaje de cualquier materia, por supuesto de los idiomas también lo es. Esa falta de motivación es lo que no nos incentiva a españoles e ingleses a acudir a centros de enseñanza de lenguas extranjeras. La causa de ello puede deberse a que tanto el español como el inglés son lenguas muy extendidas alrededor del mundo, lo que no crea una necesidad de comprensión a los angloparlantes y a los hispanoparlantes.
Justin Vollmer resaltó la importancia de las estancias en el extranjero para incentivar la motivación por las lenguas y mejorar su aprendizaje. Desde hace algunos años, programas como las becas Erasmus, proporcionan una oportunidad a los estudiantes de tomar un contacto directo con países extranjeros, lo cual es sin duda una valiosa contribución a su formación.
Para mejorar el aprendizaje de las lenguas en la vida cotidiana, se trató el tema del doblaje de las películas extranjeras, lo cual se lleva a cabo en países como España. El público de la sala apuntó que sería beneficioso seguir el ejemplo de otros países en los que las proyecciones son mediante subtítulos.
En definitiva, conocemos la necesidad de aprender idiomas, para lograr ampliar nuestras oportunidades de trabajo, nuestros conocimientos de otras culturas, para el turismo, etc. tal y como apuntó King. El reto es conseguir que el multilingüismo y el multiculturalismo sean una realidad, y no una meta.