El artista alemán Hans Haacke ha regalado esta nueva escultura de caballo situada en Trafalgar Square. Una obra en la que se puede apreciar el esqueleto de un caballo sin jinete alguno. La pieza, está inspirada en la estatua ecuestre de Guillermo IV (obra que iba a ser colocada en el mismo lugar pero por falta de fondos no se llevo a cabo) y basada en un grabado de George Stubbs de 1766, famoso por sus pinturas sobre carreras de caballo expuestas en la National Gallery de Londres.
El equino de bronce es la décima escultura que ocupa el cuarto plinto de la plaza que sustituye a un gallo azul gigante que estuvo expuesto por un total de 18 meses. La curiosidad de esta nueva obra, es el «lacito» que tiene en una de las patas delanteras. Este «lacito» es en realidad una pantalla electrónica que muestra en tiempo real la Bolsa de Valores de la capital del Reino Unido.
Al acto de inauguración que ha tenido lugar esta mañana, se acercó Boris Johnson, actual alcalde de la ciudad, que describió la obra como «la perfecta relación entre el arte y el comercio». También estuvo presente el propio autor de la obra pero no quiso dar ninguna declaración sobre qué trataba su escultura. Haacke aseguró que su obra provocaría numerosas interpretaciones.
Just unveiled the new sculpture on the #FourthPlinth in Trafalgar Sq the fantastic #GiftHorse http://t.co/PQqlNb5CtO pic.twitter.com/nct4J7TIT1 — Boris Johnson (@MayorofLondon) marzo 5, 2015
En general, las primeras impresiones han sido positivas, sobre todo la de los muchos turistas que hoy se han pasado por la plaza y se han encontrado un esqueleto de caballo en vez del gallo azul. Algunos turistas están un poco desconcertados sobre lo qué realmente transmite la escultura pero estéticamente ha tenido una buena acogida.
La siguiente obra que se colocará en este cuarto plinto de Trafalgar Square será una obra de bronce del autor británico David Shrigley. La pieza será una mano con el dedo pulgar de gran tamaño y muy desproporcionado. Se hará público en el año 2016. Mientras tanto, toca disfrutar de ese caballo y su «lacito». Es hora de pasarse otra vez por la plaza, verlo de cerca y sacarle un par de fotos.
