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El papel de los actores secundarios, clave en la consecución de la Eurocopa

Iker Casillas señalaba el domingo en una entrevista en El País que España no tiene una estrella que brille por encima del resto. Es más una especie de constelación donde nadie destaca demasiado. Esta selección ha logrado el equilibrio perfecto para ser un equipo, con mayúsculas, más que un conjunto de buenos jugadores. Y en un equipo, tan importantes son los actores protagonistas como los secundarios. Y es precisamente el buen papel desempeñado por los actores de reparto lo que ha llevado a la ‘Roja’ a levantar otra Copa de Europa, el tercer título consecutivo.

Cuando el ‘plan A’ no funciona, siempre hay que tener preparado un ‘plan B’, o incluso un ‘plan C’. España ha estado bastante descafeinada durante todo el campeonato. Pero ha suplido la falta de brillo de algunos de los primeros espadas gracias a la gran aportación de algunos de sus actores secundarios. Villa y Puyol son dos jugadores insustituibles, por eso sus ausencias hacen tanto daño al equipo. Xavi sí estuvo, pero apenas se le vio en todo el campeonato. El de Tarrasa no atraviesa su mejor momento de forma. Aún así, apareció cuando más falta hacía, el día de la final. Ahí volvió a ser más Xavi que nunca. Volvió a ser el mejor pasador del mundo.

Por su parte, Torres es el eterno debate. Sobrevalorado para unos, un crack en horas bajas para otros y un buen delantero pero sin gol (la esencia del ‘9’) para otros cuantos. Sin embargo, ‘El Niño’ se reivindicó con tres tantos en la Eurocopa y se erigió en el máximo anotador del torneo. Al que no le hace falta reivindicarse es a Iniesta. No hay duda sobre su valía y la unanimidad de halagos que provoca entre los aficionados a este deporte, españoles o no.

Pero como una buena película precisa de papeles protagonistas y secundarios, los actores de reparto del plantel español han sido claves en la consecución de la Eurocopa. Es el caso de Busquets, que siempre cumple, Xabi Alonso, con una impecable actuación ante Francia, Cesc, Silva, Pedro… y por supuesto la retaguardia. La defensa era sobre el papel una de las debilidades de la selección en este torneo. Sin embargo, la pareja de centrales, Piqué-Ramos, ha rendido a un altísimo nivel. Y Arbeloa, a pesar de sus carencias ofensivas, también ha estado a la altura.

Y entre tanto actor secundario, hay uno que habría que destacar por la excelente Eurocopa que ha hecho. Jordi Alba se ha convertido en la grata sorpresa del torneo. Seguro y solvente atrás y con mucha proyección ofensiva, ha hecho suya la banda izquierda y no ha habido defensa capaz de pararlo. Incombustible, el de Hospitalet ha suplido con creces la marcha de Capdevilla. Su gol en la final certifica una actuación redonda.

Quizá por todo esto, cuando Casillas hablaba de que España no tiene una estrella que destaque, lo hacía cargado de razón. La selección es un conjunto equilibrado en todas sus líneas, un gran equipo de principio a fin. Empezando por él mismo, un seguro de vida bajo los palos, la ‘Roja’ es un grupo unido y cohesionado. Del Bosque sabe administrarlo bien y ellos ponen el fútbol. Quizá no haya sido el mejor el campeonato, al menos no el más brillante, no el más vistoso, pero a un campeón se le exige cada vez más y más. Una vez que se llega arriba lo difícil es mantenerse, y son estos jugadores los que han hecho que parezca fácil algo tan complicado como es ganar, ganar y volver a ganar. Y ya van tres campeonatos seguidos.

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