Los más aficionados a la gastronomía vasca más exquisita están de enhorabuena. Elena Arzak, hija de uno de los cocineros más aclamados de todo el mundo, recoge el legado de su padre y abrirá su primer restaurante en la capital británica el próximo febrero, según informó la pasada semana el London Evening Standard.
El restaurante, que será el primero que la familia Arzak regente fuera de España, se llamará Ametsa, «sueño» en euskera, y se encontrará en el lujoso hotel Halkin del barrio londinense de Belgravia, donde reemplazará al restaurante Nahm, el primer restaurante tailandés en ganar una estrella Michelín (que perdió el pasado año) fuera de Tailandia.
Elena Arzak y su padre, Juan Mari Arzak, trabajarán mano a mano, instruyendo a un equipo de cocineros a los que intentarán volcar su filosofía culinaria, así como su toque único y característico en los fogones.
El chef vasco es uno de los mayores representantes de la gastronomía española en todo el mundo. Su restaurante se posiciona en el octavo puesto en la lista S. Pellegrino and Acqua Panna, en el que se encuentran los 50 mejores restaurantes de todo el mundo.
Elena, que hace no mucho tiempo ganó el premio Veuve Clicquot a la Mejor Cocinera del Mundo, comparte la visión culinaria de su padre; visión que aúna la gastronomía vasca más tradicional con toques más transgresores y modernos, así como con un banco de sabores que contiene más de 1000 ingredientes clasificados por familias, entre los que se encuentran el arroz verde de Vietnam o los limones negros de Irán.
Por los más aficionados a la gastronomía española es sabido que quizás el plato más representativo de Juan Mari Arzak no es otro que el paté hecho a base del poco agraciado físicamente pero delicioso pez escorpión, que elaboró hace ahora más de 40 años y que se ha convertido en toda una delicatessen en España.
San Sebastián concentra 16 estrellas Michelín, más estrellas per capita que cualquier otra ciudad. A esto ha contribuido la familia Arzak, cuyo restaurante, con tres estrellas otorgadas por la publicación francesa y situado en las afueras de la capital guipuzcoana, es un enclave de referencia para los amantes del buen comer. Según palabras del chef, su tarea ha sido «la aventura de renovar y actualizar la cocina vasca, sin perder de vista la tradición». Entre muchos de los logros que ha adquirido, destaca la elaboración del menú de la boda de los Príncipes de Asturias, con la colaboración de Paco Roncero y Ferrán Adria.
Padre e hija conservan el mismo espíritu inquieto que el propio Arzak poseía cuando tomó el mando del restaurante de sus padres allá por 1966. Ahora, tras haber instruido a su hija Elena, llegan a Londres para expandir sus horizontes a la capital británica. Equilibro, innovación continua y producto son las tres máximas que hacen que cualquier creación sea un viaje sensorial que convierte cada plato en una obra de arte.