Un nuevo camino se abre para la grasa y el aceite que sobra al cocinar determinados alimentos. Alimentos que son una pieza clave en la «rápida vida londinense» y que podrían convertirse en un nuevo motor de energía.
Miles de restaurantes en Londres y compañías de alimentos han afirmado que este tipo de residuos podrían llegar a ser, a largo plazo, el mayor combustible del mundo.
La grasa generada para cocinar el bacon obstruye actualmente las alcantarillas de la capital, esta podrá ser canalizada para ayudar a ejecutar una de las principales obras de alcantarillado o servir de suministro a la red eléctrica nacional, siguiendo los planes anunciados por «Thames water». Dicha estrategia supondría una solución para reducir el presupuesto de 1 millón de libras al mes utilizado en limpiar las alcantarillas de la grasa acumulada.
Se planea recoger 30 toneladas diarias de residuos en cocinas y restaurantes que serían suficientes para proporcionar más de la mitad de la energía de la central.
El acuerdo ha hecho posible la construcción de la planta de 70millones de libras en Beckton, al este de Londres, que producirá una energía renovable de 130 gigavatios por hora cada año. Lo suficiente para cubrir aproximadamente 40 000 hogares de tamaño medio. Este plan pretende estar operativo a principios de 2015