Ilustracion por Juan Manuel ParedesEl pasado 28 de noviembre los ministros de Economía de los Veintisiete aprobaron por unanimidad adoptar el plan de ayuda a Irlanda, un préstamo que asciende a 85.000 millones de euros que serán abonados en varios plazos. La cuantía será otorgada por la Comisión Europea, la Unión Europea y El Fondo Monetario Internacional. El tipo de interés será de un 5,8% anual y de la suma total, unos 10.000 millones de euros llegarán inmediatamente para hacer frente a los déficits más delicados del país. Otros 25.000 millones aterrizarán sobre Irlanda también para recapitalizar el área bancaria y otros 50.000 se utilizarán para hacer frente a las necesidades de los presupuestos del Estado y para esquivar, sobre todo, la suspensión de pagos.
Reino Unido, aunque no está en la zona euro, se ha comprometido a prestar 3.844 millones de euros a su vecino. España en concreto avalará con un total de 2.600 millones de euros. Tras el anuncio, llegó también el descalabro en las bolsas europeas. El Ibex-35 sufrió en sus propias carnes una caída acentuada, hundiéndose un 2,33%. La ayuda del Eurogrupo a Irlanda no ha logrado calmar a los inversores. Y es que la crisis está tornándose un asunto de grandes dimensiones, como muestra la cotización del euro. Hay preocupación en toda Europa y en España el Gobierno debe estar mordiéndose las uñas. Pero no es cuestión ahora de ponerse a criticar a los políticos, a aquellos que durante meses se han empecinado en negar lo que es ya una realidad.
La pregunta ahora no es si España o Portugal van a necesitar una bolsa cargada de millones para el rescate, sino cuándo se van a poner de acuerdo los ministros de economía de los Veintisiete para hablar de una restructuración en toda regla. Volviendo a España, es cierto que los cimientos de nuestro país no están tan debilitados.No podemos compararnos con Grecia y nuestros bancos son mucho más fiables que los irlandeses. Aunque el Gobierno tiene que ser consciente de que padecemos, por lo menos, un poco de todos los males: los ayuntamientos están sin un duro, los bancos están resacosos todavía con la burbuja y lo más grave, tenemos todavía un paro al 20%.