Los aeropuertos de Heathrow y Gatwick no han tenido grandes problemas y la mayor parte de los agentes de inmigración han continuado en sus puestos de trabajo. En relación a España, han sido suspendidos dos vuelos procedentes del aeropuerto del Prat, en Barcelona.
En Irlanda del Norte, sin embargo, los trenes y autobuses no circularon y en la capital británica más de 2000 escuelas cerraron. Los hospitales, por su parte, son los más afectados, con la suspensión de 60.000 operaciones. Sólo se mantienen abiertos los servicios de emergencias.
El ministro de Finanzas, George Osborne, no cree en la efectividad de este parón: «La huelga no va a conseguir nada ni va a cambia nada, salvo debilitar la economía y costarnos puestos de trabajo.»
El motivo de tal evento es la protesta contra los recortes que David Cameron pretende hacer, consistentes en la eliminación de más de 700.000 puestos de trabajo públicos y el retraso de la edad de jubilación a los 67 años.
Se trata, sin embargo, de la mayor medida de fuerza organizada en el Reino Unido desde la huelga general de 1926.