Una de la reuniones en las que participó José Díaz.José Díaz es un joven de 27 años que ha vivido el 15M a caballo entre Londres y Madrid, donde vive actualmente. Es licenciado en Historia y está en paro. Antes de responder a nuestras preguntas quiere dejar muy claro que no habla en nombre de nadie ni es portavoz de ninguna comisión. «Me represento a mí mismo».
¿Dónde estabas el 15M de 2011?
El 15 de mayo estaba en Londres, trabajando en un restaurante francés. Estaba al corriente de la manifestación del 15 de mayo, pero no me tuve noticias de ello hasta un par de días después. Me enteré de que un grupo de españoles se estaba manifestando, en solidaridad con los compañeros de Sol, en la puerta de la embajada española, en Belgrave Square, e inmediatamente me incorporé a la movilización.
¿Cómo viviste aquellos primeros y agitados días?
Al principio, en Londres (como en casi cualquier otro sitio) no había una vocación de continuidad. Fue después de las elecciones municipales, tras la experiencia de varios días de acampada y la satisfacción por la atmósfera participativa resultante, así como por la intención de continuar en otras plazas, cuando decidimos continuar trabajando de forma indefinida.
Los recuerdos de aquellos días son geniales. Me quedo con la fuerza generada por el trabajo colectivo. De pronto, cientos de personas que no se conocen, comienzan a trabajar juntas por puro altruismo, y te das cuenta de que puedes invertir tu tiempo libre en algo tan satisfactorio y barato como las relaciones sociales, la recuperación de los espacios públicos, la reapropiación de las palabras y la política, la asunción de responsabilidades en los asuntos políticos, porque tomar la palabra es política.
¿Sigues participando de alguna forma en el 15M?
Yo estuve participando en 15M London hasta el mes de agosto, cuando regresé a Madrid. Desde octubre de 2011 colaboro con la comisión de Difusión en Red, y cuando tengo ratos libres echo una mano en la comisión de coordinación interna.
«No existen experiencias previas parecidas, por lo que es una completa incógnita saber
si vas o no por el camino correcto»
En qué punto crees que se encuentra actualmente el 15M: ¿está en punto muerto, evoluciona muy despacio, está donde tiene que estar…?
Analizar la realidad del movimiento 15M es muy complicada. Por un lado, ya no creo que siga una misma línea de evolución a nivel general, sino que, una vez estructurado, ha ido evolucionando de forma diferente en cada lugar. No existen experiencias previas parecidas, por lo que es una completa incógnita saber si vas o no por el camino correcto. Normalmente es el tiempo el que te dice si algo ha salido o no bien. En el caso de Madrid, creo que vamos por el buen camino, en el sentido de que hemos conseguido continuar funcionando de forma alternativa al sistema, evitando cualquier tipo de institucionalización y respetando los principios mínimos: horizontalidad, no violencia, inclusividad, apartidismo, desobediencia civil no violenta…
¿Qué crees que se ha hecho bien y qué crees que se debería mejorar?
Hablo de Madrid, que es lo que mejor conozco. Para mí, se ha hecho muy bien la descentralización de asambleas a barrios, ya que, de esta forma, es mucho más factible llevar a la práctica el principio de «piensa globalmente, actúa localmente». También se ha sabido explicar muy bien la diferencia entre apartidista y apolítico. Se ha sabido fomentar el respeto a las minorías, pluralidades… ya sea mediante el uso del consenso como forma para tomar decisiones, incorporación de la lengua de signos en las asambleas, el propio lenguaje inclusivo (todas las personas, no todos los hombres por ejemplo)
En cuanto a cosas a mejorar, pues muchas cosas también. Todo es mejorable. Personalmente, observo algunas deficiencias que interesaría solucionar. Por un lado, el llamado síndrome de Adán que tiene el 15M. Muchas veces pensamos que el 15M lo ha inventado todo, y ni mucho menos es así. Ni inventamos las asambleas, ni la lucha en las calles, ni nada. El 15M ha logrado que muchas personas «no activistas» participen en la lucha social, pero eso crea, a veces, la percepción de que el mundo empezó el 15 de mayo de 2011, y mal.
La relación con los sindicatos, especialmente con los minoritarios, es algo en lo que debemos seguir trabajando. Muchas veces entramos en batallas con los sindicatos, olvidando que debemos diferenciar las cúpulas sindicales de las bases sindicales.
¿Cuáles son los logros más importantes?
Para mí, el movimiento 15M ha conseguido algunas conquistas de resonancia. Por un lado, lograr encender la llama de la reivindicación en un sector de la población que, hasta el 15 de mayo de 2011, mantenía una actitud pasiva con respecto a la situación política y económica que padecemos. Otros logros han sido la capacidad de hacer confluir a diferentes colectivos de protesta bajo un mismo objetivo de lucha, convertirse en un actor político más, a pesar de utilizar vías alternativas a las establecidas por el sistema, y la materialización de nuevos instrumentos de participación ciudadana.
«Muchas veces pensamos que
el 15M lo ha inventado todo, y
ni mucho menos es así»
¿Cuáles son los próximos pasos a dar a tu juicio?
Considero importante seguir tejiendo redes de comunicación y relación con otras ciudades y países. Conseguir extender esta nueva forma de entender la política y el mundo a nuevas capas de la población. Por otro lado, extender la desobediencia civil como herramienta legítima de presión ciudadana, siempre y cuando sea no violenta, y evidenciar la falta de transparencia y rigor de los medios de comunicación corporativos. Y por otro, establecer nuevas formas de presión alternativas a la huelga, instrumento que se ha quedado bastante obsoleto, pues sólo tiene poder real en sociedades altamente industrializadas.
¿Qué repercusión esperas que tenga la próxima manifestación del 12M?
El 12 de mayo hay una movilización global. Se está intentando seguir la línea de lo conseguido en la movilización del pasado 15 de octubre. El reto es que no quede en una simple manifestación, sino conseguir dar un paso más, realizar alguna acción que cale más en la sociedad y rompa el silencio mediático impuesto por los grandes medios de comunicación. En la Huelga General del pasado 29 de marzo, salimos cientos de miles de personas a la calle, sin embargo la repercusión mediática fue nula.
En cuanto al impacto, es una completa incógnita. Lograr la repercusión del pasado mes de mayo es muy complicado, porque este año no contamos con el factor sorpresa. La espontaneidad ya no juega a nuestro favor.
«La relación con los sindicatos,
especialmente con los minoritarios, es algo en lo que debemos seguir trabajando»
Con la nueva reforma del código penal, la resistencia pasiva se considera atentado a la autoridad. ¿Qué opinión tienes sobre esto?
Las declaraciones del ministro del interior responden a un intento de criminalizar el movimiento. Si hay algo por lo que se ha caracterizado el 15M desde el principio, es por la no violencia. Nadie que conozca mínimamente el movimiento puede dudar de eso. Es un escudo anti 15M, y anti cualquier forma de presión social. Saben que tenemos razón y eso les preocupa, independientemente de nuestra capacidad real para incidir en el sistema.