Los emigrantes españoles en Reino Unido crean la Marea Granate, un movimiento que parte del color de los pasaportes y que ha encendido la llama reivindicativa en toda Europa.
Tiene solo unas semanas de vida y ya ha conseguido poner en marcha una red de asambleas internacionales capaces de coordinar acciones simultáneas a través de las redes sociales. La Marea Granate nació en Londres el pasado 18 de mayo en la asamblea general que tuvo lugar frente a la Embajada de España en el Reino Unido con motivo del segundo aniversario del 15-M. El granate es el color que caracteriza al pasaporte y representa a la emigración española establecida a raíz de la crisis económica en diferentes lugares del mundo, sobre todo en países europeos como Reino Unido, Alemania y Francia. En Londres, así como en Brighton, sus organizadores pretenden no solo unificar las asambleas de los distintos países, sino también darle un empujón a las reivindicaciones de la población exiliada y revivir los debates de otras organizaciones como Juventud Sin Futuro y la campaña No nos vamos, nos echan.
El pasado sábado 1 de junio miles de personas protestaban en toda Europa bajo el lema Pueblos Unidos Contra la Troika, entre ellos, un grupo de manifestantes que, convocados por la Marea Granate, acampó frente a la Embajada de España en Londres. Lo hicieron en protesta contra las medidas de austeridad impuestas por la llamada troika europea que conforman la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Según los manifestantes, estos son los tres principales ejes institucionales de las políticas económicas que aplican los gobiernos en Europa y, por ello, también cobraron especial importancia las protestas del 1-J en otras ciudades como Bruselas o Fráncfort, donde se ubican las sedes de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo respectivamente.
Madrid, junto a otros puntos neurálgicos de la geografía española, también fue escenario de concentraciones ciudadanas multitudinarias que, en permanente comunicación con el resto del mundo -principalmente a través de Facebook y Twitter- pusieron en cuestión las medidas de austeridad, a eso que llaman austericidio. Y de nuevo bajo el lema No debemos, no pagamos, una vez más los colectivos fueron convocados por Marea Ciudadana, la organización madre que da origen al resto de movimientos multicolores en representación de los distintos sectores de la sociedad española, algunos como la Marea Naranja que vela por los servicios sociales, la Marea Blanca a favor de la sanidad pública o la Marea Verde que denuncia los recortes a la educación.
A continuación de la manifestación del 1-J, la acampada londinense de la Marea Granate organizó un productivo fin de semana con horarios predeterminados y temáticas estructuradas. Así, por ejemplo, el sábado estuvo dedicado a aspectos como al ámbito organizativo a la hora de volver a enfocar la asamblea del 15-M London o a un taller sobre educación que se extendió hasta las 12 de la noche y desmembró las claves de la denominada Ley Wert, una polémica propuesta de reforma de la Ley de Educación española presentada recientemente por el ministro José Ignacio Wert. El proyecto de ley implica, entre otras cosas, la reducción de los cursos de la ESO y la ampliación del Bachillerato, así como la sustitución de la asignatura Educación para la Ciudadanía por otra materia que lleva el nombre de Educación Cívica y Constitucional.
Pero, además de manifestaciones y acampadas, la Marea Granate ya había protagonizado hace unos días un episodio de presión en París que no ha pasado inadvertido. El pasado 28 de mayo una veintena de jóvenes españoles se agolparon a la salida de una reunión del presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, en la capital francesa y lo hicieron mostrando títulos universitarios y pancartas que simulaban pasaportes. «Es un triunfo», opina una integrante de la Marea Granate en Londres, «pues no es normal que nos permitan estar tan cerca de los políticos». Los abucheos se produjeron a la salida del Instituto Berggruen para la Gobernanza, un think tank que había organizado un debate dentro del denominado Consejo para el Futuro de Europa del que son miembros políticos como Felipe González o Tony Blair, economistas como Joseph E. Stiglitz o Amartya Sen, o directores de medios de comunicación como José Luis Cebrián o Arianna Huffington.
«La emigración no es un problema solo de los jóvenes sino de gente que creía tener una vida hecha ya en España y que no puede regresar en estas condiciones», añade esta española que prefiere mantener el anonimato. «Es una emigración distinta a la que había hace 5 años cuando los jóvenes salían a formarse», explica, «ya que esta emigración es forzada a todos los niveles de edad y de educación». Y para los españoles recién llegados a la capital británica, la Marea Granate de Londres plantea la posibilidad de poner en marcha lo que algunos ya denominan ‘banco del tiempo’, una red solidaria de talleres informativos sobre cómo buscar casa en Londres o hacer un Currículum en inglés. Sigue, mientras tanto, el debate reivindicativo pues, como advierte la marea de los emigrantes españoles, «la lucha sigue cueste lo que cueste».