La mujer más buscada de Gran Bretaña ha sido detenida. Sarah Panitzke volará de vuelta al Reino Unido en los próximos días tras perder su lucha contra la extradición. Panitzke había pedido a los jueces españoles que rechazaran la solicitud de extradición al Reino Unido. Esto le habría llevado a cumplir una condena de ocho años de prisión por un fraude multimillonario dictado por un tribunal de Londres en 2013.
Panitzke exigió poder cumplir su condena en España, dado sus vínculos con “su patria de adopción”. Los jueces fallaron en su contra en una apelación. La defraudadora de 48 años fue detenida en febrero en un pueblo catalán tras nueve años de fuga. Ahora, está viviendo sus últimos días en una prisión cerca de Madrid antes de ser trasladada en avión a Gran Bretaña para comenzar su condena.
La detención
Dos meses ha pasado entre rejas desde que fuera detenida por una Unidad de Élite Antifugitivos Española. La detención, que sucedió mientras paseaba a sus perros, se produjo el pasado 27 de febrero, y tuvo gran repercusión en España y en el Reino Unido. Era la única mujer que figuraba en la lista de los más buscados de la Agencia Nacional del Crimen.
El jefe de la Guardia Civil encargado de dirigir la operación para atrapar a Panitzke, declaró tras la detención que Sarah dijo que “le había dolido mucho que su foto policial figurara junto a la de todos los hombres vinculados a delitos violentos”.
Según Evening Standard, el martes se supo que había estado viviendo durante siete años con un documento de identidad italiano falso a nombre de Antonietta Argiulo. Su escondite era un dúplex, situado a las afueras de la pequeña ciudad de Santa Bárbara, en la provincia de Tarragona. Todavía no se ha fijado la fecha de su regreso. Se espera que la policía británica vuele a España para ponerla bajo custodia en el aeropuerto madrileño de Barajas.
Panitzke en manos judiciales
Panitzke fue condenada en agosto de 2013 por blanquear mil millones de libras en un fraude masivo relacionado con el VAT (IVA en Inglaterra). Su condena se debió al blanqueo de dinero que realizó a través de empresas en España, Andorra y Dubái para un grupo criminal que compraba teléfonos móviles en el extranjero sin IVA y los revendía en el Reino Unido. Fue reclutada por una red de defraudadores del delincuente fiscal Geoffrey Johnson, ubicada en todo el Reino Unido.
La policía española dijo, tras su detención, que a pesar de su arresto seguía protestando por su inocencia. «Dijo que el cabecilla era el culpable de todo y que ella no había hecho nada malo y no tenía la culpa”, afirmó uno de los guardias a cargo de la detención.