La mayoría de la ropa que está dañada o no se ha comprado en las tiendas de los países occidentales se destina a la India, según publica un artículo destacado de la BBC. Muchos textiles van a tiendas solidarias, de segunda mano o a contenedores y bancos de ropa que tienen como objetivo recaudar fondos. Sin embargo, el resto de la ropa “no deseada” tanto de Reino Unido, EEUU, como de otros países, se lleva a la India, en concreto a Panipat, situado al norte del país.
Cada día, llega muchísima ropa a esta ciudad, donde se recoge en grandes contenedores para ser más tarde revendida a un comercio de segunda mano.
Cuando estas prendas entran en la India se clasifican en dos categorías: “reutilizable” o “mutilada”. Si es “reutilizable” los importadores de estas prendas deberán tener una licencia del gobierno para poder revenderlas, pero solo se les permite hacerlo fuera del país para proteger a los fabricantes locales de la India. Por el contrario, la ropa “mutilada” no requiere ninguna licencia por lo que puede ser revendida sin problema.
‘Shankar Woollen Mills’, una de estas fábricas
Un ejemplo de estos molinos de reciclaje que cita la BBC es Shankar Woollen Mills, una fábrica que exporta prendas a países de todo el mundo.
Cuando llega la ropa a esta fábrica es clasificada por colores. Más tarde se mete en unas máquinas para convertirla en pequeños harapos. Después, todos los tejidos se mezclan (algodón, seda, lana…) y son trasladados a una máquina de cardar que comienza a dar vueltas en hilado.
Cada tres toneladas de tela se producen 1.5 toneladas de hilo. Este tejido se usa en su mayoría para hacer mantas.
Finalmente, estas mantas de distribuyen por todo el mundo y hasta se usan como material de socorro en caso de desastres naturales como tsunamis o terremotos.