El Primer Ministro británico, David Cameron ha recibido fuertes críticas por parte de la Unión Europea por «la persistente violación de las directivas sobre la calidad del aire» y la falta de acción para reducir los niveles de dióxido de nitrógeno en la capital británica.
Pese a la avalancha de críticas, Cameron y el alcalde de Londres Boris Jhonson, quitan hierro al asunto. Joseph Hennon, portavoz de medio ambiente de la Comisión Europea, ha criticado duramente a Cameron y Johnson por «no entender la crisis de la calidad del aire que sufre el Reino Unido». Cameron se refirió esta semana a la situación desencadenada por el polvo del Sahara como «un fenómeno natural causado por el clima», mientras que Johnson comentaba que «He circulado feliz en bicicleta».
Las causas que han provocado la alerta sanitaria son la mezcla del polvo del Sahara, las emisiones del tráfico y las altas presiones. De hecho el llamado «smog» ha provocado más de un millón de ataques de asma, un aumento del 14% en las llamadas a las ambulancias y una subida del 15% en las venta de mascarillas.
Decenas de colegios en Londres han prohibido las actividades al aire libre y las autoridades sanitarias han recomendado a las personas mayores y con problemas respiratorios que no salgan de casa. También David Cameron ha suspendido su sesión de «jogging» matutina.