España está ante un cambio cultural importante: optar por la bicicleta como medio de transporte urbano en lugar del coche. Según datos oficiales, el pasado año se vendieron 780.000 bicicletas en nuestro país (el 4% de la venta total europea), mientras que la venta de coches se situó en 700.0000 unidades.
Sea por la situación económica o por la sensibilidad ambiental, cada vez son más que se decantan por la bicicleta. Pese a los que continúan pensando que la bicicleta no es un medio de transporte rápido, otros muchos rebaten estos argumentos. Y es que en plena hora punta, la bicicleta se libra de atascos. Además, es un producto barato que no requiere apenas gastos de manutención como el coche. Apenas una cadena y un candado es suficiente para pedalear por la ciudad y olvidarse del seguro del coche, del precio del combustible o del estrés a la hora de aparcar.
El aumento del uso de la bicicleta se ve reflejado en iniciativas como el Bicing (Barcelona), MyBici (Madrid), Sevici (Sevilla) o Valenbisi (Valencia) que apuestan por la bicicleta pública consiguiendo una aceptación alta ya que cada vez son más lo que se abonan a este servicio mucho más barato que el bus o el metro.
Las ventajas de la bicicleta no resta que las condiciones que ofrecen las ciudades no sean las más óptimas para este medio de transporte. Pese a los esfuerzos de los ayuntamientos creando carriles bici, aún faltan infraestructuras para que pedalear por los centros urbanos sea seguro.
Londres también está apostando fuerte por la bicicleta. El alcalde de la ciudad, Boris Johnson, es uno de los que con más ímpetu intenta impulsar el uso de las dos ruedas y de proteger a los ciclistas. El carismático alcalde se desplaza habitualmente en bicicleta, motivo por el cual sabe de los peligros de ir en bici por el centro. Por este motivo, a principios de este mes de septiembre anunció que se multará hasta con 200 libras a aquellos camioneros que no dispongan de las barreras de seguridad que impiden que los ciclistas puedan acabar debajo de las ruedas de vehículos pesados. Se calcula que los camiones fueron la causa o que participaron en la muerte del 53% de los ciclistas atropellados en la City.
Nos encontramos, pues en una época de transición como indica a El País Luis Álvarez-Cervela Roberes, ingeniero experto en movilidad: «¿Tiene algún sentido, desde el punto de vista de la eficiencia, mover 70 kilos de peso con una máquina que pesa una tonelada y que se traslada de media tres kilómetros —la distancia habitual que se recorre al ir a trabajar en coche en Madrid con el peso del ocupante y el vehículo—?».
Otros apuntan que no se trata de eficiencia, sino que el salto a la bicicleta viene dado por la crisis económica. Federico Suárez Leco, director comercial del concesionario madrileño de Seat Castellana Motor, afirmó al diario británico The Guardian que la venta de coches ha caído y que «muchos concesionarios han tenido que cerrar incluso». Como muestra, Suárez ve un indicador de que la situación económica hace que cambien los hábitos de los consumidores el hecho de que aumenten la venta de coches de baja gama como Dacia (Renault).
Independientemente de los motivos, la industria española de la bicicleta pretende alcanzar un 24% de movilidad, situándose así al nivel de Holanda. Queda un largo camino ya que España ahora está en el 3% de media pese a que poblaciones como Vitoria ronda el 7%.