El artista mexicano Damián Ortega reflexiona sobre temas globales con elementos cotidianos
La influyente White Cube parece apostar de forma decidida por el arte latinoamericano. En su sede de Mason’s Yard, tras la clausura de Plegaria Muda, de la Colombiana Doris Salcedo, le ha seguido Traces of Gravity (las Huellas de Gravedad) del creador mexicano Damián Ortega, igualmente introducido en el Reino Unido por Jay Joplin, el fundador de la galería, que actualmente cuenta con tres espacios en Londres y uno en Hong Kong.
La carrera artística de Ortega da comienzo como caricaturista político de magazines y periódicos mexicanos. Tal vez de ahí proceda esa habilidad para construir discursos con un tono irónico y mordaz. Su trabajo ha evolucionado a la par que el de sus colegas más cercanos – Gabriel Orozco, Minerva Cuevas, Abraham Cruzvillegas, Fernando Ortega o Gabriel Kuri – hacia complejos conceptos de marcada crítica política y social, no exentos de humor y provocación. Aunque pasa temporadas en México, el artista vive en Berlín, donde según ha afirmado, recibe gran parte de la inspiración para realizar sus obras; si bien los materiales que utiliza son a menudo elementos de la vida cotidiana de su país natal.
Traces of Gravity, tercera muestra de Damián Ortega con la galería, profundiza en la exploración de los sistemas creados por el hombre a través de la transformación de las cualidades materiales y físicas de los objetos para dotarlos de un nuevo significado. Como línea narrativa, el artista introduce un elemento común, la sal, a modo de conexión metafórica entre las piezas principales de la muestra.
En la sala de la planta baja, Ortega presenta Congo River, una instalación a base de neumáticos de automóvil colocados de forma irregular en el centro del espacio, atravesados por una sutil línea blanca, hecha con sal. El dibujo se presenta como una marca topográfica tomada de un mapa, pero igualmente podría hacer referencia a una raya de cocaína. Ortega está interesado en la sal tanto por su importancia histórica como por su cualidad de medio de conservación; como poderoso símbolo de intercambio económico, del que la cocaína podría ser su equivalente moderno. El titulo Río Congo permite asociarlo a la trama de la novela de Joseph Conrad, El Corazón de las Tinieblas, donde un viaje a través de la selva africana sirve como pretexto para hablarnos del choque entre el hombre civilizado -sujeto a normas sociales- y su encuentro con «el otro», salvaje y primitivo, en clara alusión a los excesos de la colonización occidental.
El poder globalizador
En el vestíbulo inferior, Ortega usa la metáfora de la sal para explorar su función en los orígenes de la fotografía. Preserved es una instalación que consta de una bicicleta tumbada en el suelo. Bajo el biciclo hay sal extendida, de modo que justo debajo de la estructura metálica aparece su propia imagen negativa. Junto a esta obra, Ortega ha colocado otra escultura titulada Fossilised que consta de una serie de cámaras fotográficas, en un guiño a la capacidad de la tecnología para congelar el tiempo y el espacio. Una alegoría que el artista extrapola al tiempo posmoderno, cuyo mayor logro, según plantea, es el poder globalizador que perpetúa la dominación cultural, ampliando si cabe la enorme distancia entre el mundo occidental y sus subordinados.
En Traces of Gravity el artista
introduce un elemento común,
la sal, a modo de conexión
metafórica entre las piezas
principales de la muestra
La muestra continúa esta referencia dual con la enorme escultura de la planta principal: Hollow/Stuffed,Market Law (Falso/relleno, la ley del mercado). Se trata de un submarino de nueve metros de largo suspendido del techo, cuyo prototipo recrea un modelo de la nave alemana usada en la Segunda Guerra Mundial. Aquí, eso sí, se muestra conformado a base de sacos industriales rellenos de sal. Un pequeño orificio abierto en el extremo de la escultura, permite su salida lenta pero incesante, acumulándose amontonada en el transcurso de la exposición. Para Ortega, la pieza es una referencia al uso alternativo y más reciente de los submarinos como una herramienta del tráfico ilícito de cocaína a lo largo de las costas de América del Sur y que incluye a México como un eslabón en la cadena entre el productor y el consumidor. El artista recompone su utilidad y lo vuelve un ente suspendido que ya no cumple las funciones para las que fue creada. A pesar de ser un símbolo de arma poderosa, la nave es aquí transformada en un artefacto casero incapaz de proteger su contenido contra los efectos de la gravedad, convirtiéndose en un ente humorístico que desmiente su peso político y económico.
Damián Ortega crea juegos malabares con los objetos cotidianos. Cambiando su ubicación y composición se apropia de ellos para dotarles de un nuevo significado, literal y figuradamente. Sus obras caminan al filo de la comicidad, entre el juego lúdico y las cuestiones más profundas planteadas ante las razones esenciales de la vida. Su arte deconstruye, simula y subvierte las paradojas de la coexistencia, la conexión entre apariencias y realidades. En suma, brinda una forma entre cínica y compasiva de contemplar el mundo en su incesante transformación.
Preserved Bike”. Sal y focos. / White Cube.Damián Ortega
Traces of Gravity
Hasta el 8 de septiembre de 2012
25-26 Mason’s Yard, Londres
SW1 6BU