La actr
iz pone en duda que sea ella la que aparece en las instantáneas y ha puesto en manos de la policía americana el caso para que investigue la procedencia de las fotografías
Muchos han hecho realidad un sueño, y seguramente a algunos les costará cerrar los ojos esta noche después de ver el cuerpo desnudo de Scarlett Johansson. La actriz estadounidense aparece con el trasero al aire frente a un espejo, y también tumbada en una cama con un rostro bastante provocativo y con los pechos al aire.
Las imágenes han sido toda una revolución en la red, han sido miles y miles de personas que querían comprobar cómo eran las curvas de esta mujer sin que ninguna prenda las tapara. Pero a la protagonista de esta historia, Scarlett Johansson, parece que no le ha gustado que sus intimidades sean el centro de atención de gran parte de los habitantes del planeta y ha llevado hasta al mismísimo FBI las imágenes para que investigue su procedencia, por el momento y sin querer fastidiar los sueños de los lectores de este periódico, parece ser que las instantáneas podrían haber pasado por photoshop, pero no para mejorar la silueta del cuerpo de la actriz, sino para realizar un montaje, es decir, el rostro seria de Scarlett, pero no el cuerpo. Por el momento les dejamos que su mente imagine cualquier cosa, solo la justicia decidirá.
Los que reafirman que el cuerpo es cien por cien de Scarlett se acogen a una de las amenazas que los hackers hicieron hace unos meses y donde anunciaron que se habían hecho con algunas imágenes del teléfono de la actriz donde aparentemente aparecía desnuda.
No ha sido la única famosa que se ha destapado esta semana
El desnudo también ha sido masculino, Ashton Kutcher enseñó su cuerpo al completo, excepto una franja codificada que le tapaba sus partes masculinas, en el programa de la televisión americana ‘Ellen’, conducido por la presentadora Ellen DeGeneres. Todo ello con el propósito de promocionar su nueva película ‘Dos Hombres y Medio’. Su mujer también ha aparecido en los medios de comunicación por fotografiarse, a sus casi cincuenta años, desnuda en el cuarto de baño de su casa, aunque en esta ocasión solo dejaba ver su insinuante espalda.