Según ha anunciado el Ministerio de Transportes británico, Mark Harper, las tarifas reguladas de tren subirán en el país hasta un 5,9% a partir del próximo 5 de marzo.
El Secretario de Transporte, Mark Harper, manifestó que la subida, que afectará a Inglaterra y a los servicios regulares de Inglaterra a Gales, se limitará a un nivel muy por debajo de la inflación «para ayudar a reducir el impacto sobre los pasajeros».
Harper manifestó además que esta medida representa un «equilibrio justo» entre las necesidades que tienen los pasajeros y las que poseen los contribuyentes. Y afirmó: «Ha sido un año difícil y el impacto de la inflación se está dejando sentir en toda la economía británica. No queremos agravar el problema».
Por su parte, los laboristas dijeron que esta medida era una «broma de mal gusto» y que la subida es la segunda más alta jamás registrada, desde el 2012 con un 6,2%.
Un servicio con una poca mala relación calidad-precio
A esto se le suma el debate por los servicios que reciben los pasajeros, así lo ha explicado David Sidebottom, director de Transport Focus: «Tras meses de servicios poco fiables e interrupciones por huelgas, está claro que demasiados pasajeros no reciben un servicio con una buena relación calidad-precio».
A lo que añadió: «La limitación de las tarifas por debajo de la inflación y el retraso hasta marzo son bienvenidos y contribuirán en cierta medida a aliviar el dolor. Pero no debemos olvidar la necesidad de reformar las tarifas y la emisión de billetes a largo plazo».
Además, a esta medida se le suman la oleada de huelgas que han provocado trastornos en los pasajeros, y los nuevos actos sindicales que se prevén para la época navideña y principios de enero.
Debido a esta situación, los trabajadores exigen aumentos salariales que se sitúen al nivel del elevado coste de vida, a la vez que intentan parar los recortes y los cambios en las condiciones laborales.