Umbría, sequía, solano… Paleta completa: verano. El poeta modernista Manuel Machado dedicaba estas palabras a la estación más calurosa del año en su poema El verano. Y es que nuestra España se echa muchísimo de menos en esta época y más aún en una ciudad con tendencia a lucir un cielo encapotado como es Londres. La ventaja de vivir en este espacio cosmopolita son las múltiples alternativas que ofrece su majestuosidad. Opciones que pueden caer en las redes del conformismo cuando lo que brindan son días de excusiones, picnics, conciertos y vistas incomparables a disfrutar en los espacios verdes londinenses
La capital británica dedica multitud de hectáreas a jardines, lagos, cintas impasibles de footing y lugares de residencia para las míticas ardillas, zorros o ciervos. El verde es un color que destaca por su presencia en el mapa de una ciudad, que a pesar de su grandeza urbanística, ha sabido preservar espacios para sentirse alejado del mundanal ruido propio de una capital. Y cada punto verde en el mapa tiene una especial decoloración que lo califica como idóneo para las diferentes actividades.
Perdidos en la ciudad
En el centro de la ciudad, inmersos en el tráfico de la intersección de Piccadilly Circus, sólo tenemos que recorrer unos metros para encontrarnos con los parques más famosos y más visitados de Londres: Green Park, entre Piccadilly y Buckingham Palace, y que se funde con St. James´s Park, y Hyde Park, uno de los parques más grandes de Inglaterra, divido en dos por el lago Serpentine y con su famoso Speakers´Corner; un lugar abierto al discurso público siempre y cuando el orador no infrinja la ley con ninguno de sus alegatos. Estos parques son perfectos para disfrutar de pequeñas desconexiones diarias y de dosis de oxígeno extra.
Regent´s Park es el jardín por excelencia para los londinenses. Rosales cuidados al detalle y un lago navegable hacen de este paraje una maravillosa opción para románticos paseos. Además cuenta con las indescriptibles vistas de la ciudad desde Primrose Hill y donde se emplaza el Zoo de Londres. Royal Botanic Gardens es otro jardín reseñable por su indescriptible vegetación exótica, una atracción al aire libre con más de 30.000 tipos de plantas diferentes.
Para pasar un día practicando deporte la mejor elección es Holland Park, dispone de instalaciones para practicar tenis, fútbol, golf, cricket y baloncesto. Sus áreas forestales y su vida silvestre se unen con el Jardín de Kioto, un espacio japonés donado por la Cámara de Comercio de Kioto en 1991 y que transmiten la paz que proviene de la meditación Zen.
Los conciertos y festivales más famosos de la capital encuentran el lugar perfecto para montar sus escenarios en Victoria Park, en el distrito de Tower Hamlet. Sede para muchas actividades dedicadas a los más pequeños, este parque al este de Londres ha sido votado como mejor parque de la ciudad en algunas ocasiones.
Los pulmones de Londres
Hampstead Heath se puede posicionar sin complejos en el Top 5 de los espacios abiertos de la capital. A tan sólo 6 km de Trafalgar Square, sus desafiantes vistas desde Parliament Hill y la biodiversidad de su fauna lo convierten en uno de los lugares imprescindibles de visitar. Una admirable perspectiva casi aérea de Londres desde 320 hectáreas con pista de atletismo, zoológico, instalaciones deportivas y recreativas, y tres estanques de natación, incluida una piscina natural. Y para dar el toque cultural, Kenwood house sobresale entre los parajes forestales de Hampstead, un palacio convertido en museo gracias al legado de arte de Lord Iveagh, miembro de la familia Guinness.
Richmond Park podría considerarse como el verdadero pulmón de Londres. Una reserva natural al suroeste de la ciudad creado en el S.XV como un parque para ciervos. Cuenta con numerosos edificios dentro de sus murallas considerados inmuebles protegidos por su gran valor cultural.
Greenwich Park es el parque más antiguo de la capital británica, famoso por albergar la línea del meridiano cero a partir del cual se miden las longitudes y que ha adoptado su nombre. The Royal Observatory, The National Maritime Museum y el Old Royal Naval College son visitas arquitectónicas y culturales indispensables para impregnarse de la historia de Londres. Un paseo entre magníficas vistas y uno de los enclaves culturales más ricos de la ciudad.
Estos parajes, entre muchos otros, recogen la oferta silvestre de Londres. Lugares en los que perderse se convierte en el principio de cualquier historia improvisada lejos del ritmo frenético londinense, aunque sólo sea sumergidos en nuestra propia imaginación. ¡Disfrutad del verano!