La estatua de bronce pretende «reconocer la contribución del ex presidente de los EE.UU. al poner fin a la Guerra Fría»
Una estatua del ex presidente de los EE.UU., Ronald Reagan, ha sido presentada en el centro de Londres con una ceremonia fuera de la embajada estadounidense y la lectura de un homenaje de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher.
La polémica se ha desatado en algunos medios de comunicación británicos ya que las normas de planificación urbanística londinenses estipulan que no se puede alzar ninguna estatua hasta pasados diez años desde la muerte del homenajeado. Pero en el caso de Ronald Reagan, que murió en 2004 a los 93 años, se ha hecho una excepción.
La estatua de bronce, de más de tres metros de altura, ha sido diseñada por el escultor Chas Fagan y se encuentra frente a la embajada de EE.UU. en Grosvenor Square, junto a la estatua del presidente Dwight Eisenhower.
El secretario de Relaciones Exteriores británico, William Hague, fue el encargado de leer el mensaje de Margaret Thatcher, quien no pudo asistir a la ceremonia debido a su delicado estado de salud.
Lady Thatcher dijo de él: «Ronald Reagan fue un gran presidente y un gran hombre. Un verdadero líder de nuestro tiempo. Él llevó a cabo unos principios claros y actuó en consecuencia con sus propósitos».