¿Te imaginas un autobús eléctrico de dos pisos con techo solar, suelo de madera y puntos de recarga para teléfonos con sus propios soportes individuales? Así son los nuevos autobuses de Londres de la ruta 63.
La presentación oficial, que ha tenido lugar hoy viernes, también ha venido acompañada por el amargo regusto del problema de financiación de TfL. Cabe recordar que el organismo se encuentra en punto muerto en las negociaciones con el Gobierno británico por unas ayudas que no llegan. La ampliación de las negociaciones expira el próximo viernes.
Los primeros autobuses cero emisiones de la ruta 63 se introdujeron por primera vez el pasado mes de diciembre. Rápidamente empezaron a aparecer en las redes sociales gracias a los cientos de usuarios que expresaron su incredulidad ante las características «amigables» que encontraron a bordo.

Un total de 29 autobuses operarán finalmente en la ruta 63 -que circula entre King’s Cross y Honor Oak– a finales del próximo mes.
Los autobuses también cuentan con asientos de respaldo alto, botones de parada en la parte posterior de los reposacabezas y pantallas digitales que muestran la próxima parada. También se han eliminado los postes verticales para crear una sensación de mayor apertura.
Los asientos prioritarios están marcados con colores llamativos y la zona para carritos de bebé y personas en sillas de ruedas es mucho más amplia. También se han actualizado las cámaras de CCTV para ofrecer imágenes de mayor definición y mejorar la seguridad a bordo.
Otras rutas de autobuses de Londres esperan que el Gobierno de luz verde a la financiación
Los autobuses han sido construidos en Scarborough, Yorkshire, por la empresa británica Alexander Dennis. Serán operados por Abellio London en virtud de un contrato por valor de 7,3 millones de libras.
Los responsables de TfL afirman que no han podido adjudicar los nuevos contratos de autobuses desde el 31 de octubre debido a la falta de financiación. Un total de 25 rutas, por valor de unos 400 millones de libras, están a la espera de ser licitadas de nuevo, según el subcomisario de TfL, Gareth Powell.
Normalmente, los contratos se adjudican con nueve o doce meses de antelación, y TfL teme que el fracaso en la consecución de un acuerdo de financiación a largo plazo lo noten pronto los pasajeros.
TfL dijo que los nuevos autobuses de la ruta 63 eran «una señal de lo que podría ser el futuro de los autobuses». Siempre y cuando se asegure la ayuda financiera que servirá para retirar los viejos autobuses diésel de Londres.
Ahora hay más de 650 autobuses con cero emisiones en Londres. El objetivo de TfL es convertir toda la flota de 9.000 vehículos para 2034, pero afirma que podría hacerse para 2030 con el apoyo del Gobierno.