Cinco personas, cinco paraguas, un baúl y muchas, muchas manzanas. Estos son los ingredientes que conformaron el delicioso plato de Lorca Dreams: Sueño Lorca o el sueño de las manzanas, que se pudo disfrutar en el Bloomsbury Theatre de Londres desde el 29 de enero hasta el 1 de febrero. Escrita y dirigida por María Caudevilla y presentada por la compañía Baraka Teatro, la obra entrelaza extractos de la obra de Federico García Lorca con retazos biográficos que marcaron la vida del poeta granadino.
Los actores Luis Escudero, José Manjón, Laura Ros, Sara Campbell y Roberto Yagüe interpretan a diferentes personajes en los 75 minutos que alcanza la obra, durante los cuales uno a veces tiene la impresión de ser testigo de la representación misma de un sueño. «Sueño» porque la realidad se mezcla sin cesar con la fantasía, los hechos se entrelazan sin aparente sentido, y porque la luz y la música te sumergen en un mundo tan agradable como surrealista en el que los gatos se hacen amigos de niños y los chopos susurran nombres al oído.
Así, Sueño Lorca o el sueño de las manzanas nos traslada a anécdotas de la infancia del poeta, al crash de la bolsa de Wall Street en Nueva York, a sus recuerdos de Buenos Aires y La Habana, así como a conversaciones con uno de los maestros del surrealismo pictórico por excelencia, Salvador Dalí. En uno de estos pasajes, el andaluz y el catalán, que entablaron una sólida amistad después de que se conocieran en la famosa Residencia de Estudiantes de Madrid, simulan encontrarse en medio de un desierto. En él, los dos amigos divagan sobre la vida y la muerte después de que un par de alacranes «acabaran» con la vida de Federico.
Con una puesta en escena sencilla pero no por ello, ni mucho menos, descuidada, los actores intercalan las diferentes partes de esta obra con minuciosas y coordinadas coreografías, con cantos acompañados, como no podía ser de otra manera, de guitarras españolas y con el hipnotizante vaivén de unos paraguas que a veces parecen tener vida propia.
Lorca Dreams es una obra de teatro que entrelaza fragmentos de la obra de Lorca con su propia biografía.No obstante, no se trata de la primera vez que esta producción de Baraka Teatro, en asociación con London’s Global University (UCL), ha pisado tierra inglesa, ya que allá por 2008 el Arcola Theatre de la capital británica ya fue escenario de esta pieza teatral basada en la obra y trabajo de Federico García Lorca. Por si fuera poco, Sueño Lorca o el sueño de las manzanas fue nominado en 2010 a tres galardones de los Premios Max de las Artes Escénicas, además de ser comisionado por el Teatro Español y seleccionado para participar en el certamen de Directoras de Escena en 2011.
Entre otros proyectos de la compañía se encuentra Miguel Hernández: Farmer of the Wind (Miguel Hernández: labrador del viento), otra obra que gira en torno a otro de los más ilustres personajes de la literatura española y que en 2009 ganó el Premio a la Creación Contemporánea. El último trabajo de la compañía es We are not Angels (No somos ángeles), obra que ha sido seleccionada para participar en el Festival de Talento de Madrid de este año.
Interactuando con los espectadores a veces -con lanzamiento de manzanas incluido-, contando cuentos otras, los actores van hilando un tejido en el que el trabajo de Lorca es la materia prima y el increíble talento de los actores, de la dirección y de todo el equipo que lo rodea, las agujas que dan forma a esta magnífica obra que te deja con ganas de más, que te deja con un sabor agridulce en la boca, que puede ser, en parte, debido al trágico evento que puso fin a la vida de Lorca, con tan solo 38 años, cuando fue fusilado en Granada tras la sublevación militar de la Guerra Civil española.
Aun asesinado, Lorca estuvo presente durante aquella tarde en el escenario del Bloomsbury Theatre. Presente en cada palabra, en cada verso, en cada gesto, e incluso físicamente en forma de cuadro, que los actores al final del acto sostenían con orgullo. Lo cierto es que, citando al maestro, y tal y como cierra esta obra dirigida por María Caudevilla, «Esta es la causa, querido capitán, de mi extraña melancolía».