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Lord Byron: historia de un poeta inglés

La edición pasada iniciamos un recorrido por las famosas “placas azules” que pueblan la ciudad de Londres, que muestran la cantidad de personajes ilustres nacionales e internacionales que vivieron en la capital, y que conforman aspectos muy diferentes de la historia. Comenzamos hablando de la localización de estos pequeños retazos de nuestro pasado, y cada edición continuaremos describiendo lo que esconden detrás: vidas llenas de contrastes que tienen mucho por contar. Elegir por quién empezar es muy complejo, por lo que para no menospreciar a ninguno, empezaremos por aquel que tuvo la primera placa en la ciudad.

Irónicamente, la primera persona que recibió el homenaje, es la única que ya no lo tiene, pues su placa fue colocada en el lugar de su nacimiento, que fue derruido dos años después. Este personaje no es otro que George Gordon Byron -más conocido como Lord Byron-, un afamado poeta nacido en Londres el 22 de enero de 1788.

Byron fue hijo del capitán John Byron y de la segunda esposa de éste, lady Catherine Gordon. Su abuelo fue John Byron, también llamado “Foulweather” -Mal tiempo-, vicealmirante británico que navegó por todo el mundo. Su padre falleció en 1791, a los tres años de vida de George, en la localidad de Valenciennes, en Francia, en una pequeña residencia propiedad de su hermana, donde había huido tiempo atrás de sus acreedores y del terrible temperamento de su esposa. En su estancia allí, el padre había mantenido a varias amantes y derrochó a su antojo lo que le quedaba del dinero de la familia. Así, a esa edad y en compañía de su madre en Aberdeen (Escocia), George heredó de su progenitor poco más que deudas y los gastos de su funeral.

[pullquote]Lord Byron nació con algunas limitaciones que le provocaron un excesivo sufrimiento, pero que con el tiempo supo aprender y superar[/pullquote]Lord Byron nació con algunas limitaciones que le provocaron un excesivo sufrimiento, pero que con el tiempo supo aprender y superar. Tenía una pequeña deformidad en el pie derecho, dos de los dedos de su pie estaban metidos hacia dentro. En el futuro, al alcanzar la juventud, sus maneras y modales le servirían para disimular su cojera, haciéndola parecer un caminar excéntrico y al mismo tiempo distinguido. Por otra parte, acusaba mucho el frío del invierno, pues sus huesos eran frágiles y lo soportaba con dificultad.

[pullquote]Como ejemplo de su extravagante conducta, llegó a tener un mono como mascota en su período de la universidad[/pullquote]El período más recordado por Lord Byron durante su infancia sería la relación mantenida a la tierna edad de nueve años con su institutriz, Mary Gray, quien lo introdujo en las artes amatorias sin ningún pudor, mientras cuidaba de él en una pequeña casa situada en pleno Valle del Dee, en Escocia. Fue una época muy importante, pues es aquí donde inicia su viaje hacia el arte, dando largos paseos a través de las montañas y observando con gran interés todo lo que el paisaje le ofrecía.

En su juventud, Lord Byron se trasladaría a Cambridge para ir a la universidad, lugar donde llevaría una vida basada en la poesía y en unas maneras de proceder despilfarradoras y atrevidas. Como ejemplo de su extravagante conducta, llegó a tener un mono como mascota en su período de la universidad, debido a que los perros y los gatos estaban prohibidos. Finalmente, obligado a volver a casa por la falta de dinero, se centra exclusivamente en la poesía y se dedica de lleno su carrera como escritor. Además, fue miembro de la Cámara de los Lores.

Bien entrada la madurez, con la publicación en 1812 de los dos primeros cantos de Las peregrinaciones de Childe Harold, poemas que narran sus viajes por Europa, alcanzó la fama. Se casó y conoció al que sería su biógrafo y amigo, Thomas Moore. Por el escepticismo sobre su manera de vivir y las relaciones que mantenía con hombres y mujeres -incluso de su familia-, abandonó Inglaterra en 1816, trasladándose a Suiza.

De 1817 a 1822 estuvo viajando por Italia, viviendo numerosos romances y disfrutando de la cultura y las costumbres italianas. Es aquí cuando se apasionaría por la lectura de Goethe, especialmente con su obra Fausto. En 1824 se traslada a Grecia tras la designación como miembro del Comité de Londres para la Independencia de Grecia. Como gran representante del Romanticismo, la idea de participar en esa lucha le llenó de ilusión, la cual se hizo añicos al descubrir la gran rivalidad existente entre los cabecillas griegos. Durante su estancia griega escribiría su última obra A mis 36 años. El 10 de abril de 1824 sufriría un ataque epiléptico que le provocaría la muerte nueves días después, como consecuencia del pésimo tratamiento médico de la época.

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